La querella compartió el pedido del Ministerio Público y puso de relieve que la masacre impuso una "modalidad homicida que generó terror y un miedo que aun persiste entre testigos y vecinos".

La decisión fué tomada a partir de las declaraciones efectuadas en las audiencias orales y públicas por los efectivos de la seccional 7ª y el relato de la médica forense.

La medida fué adoptada tras la huída de una treintena de presos de la seccional de Sarmiento al 4300. Fue removido todo el personal y se dispuso un operativo para recapturar a los evadidos.

Lo dominaron con una chuza al llevarles los almuerzos. Reteniéndolo obligaron a una agente a abrir una segunda reja y salieron de la seccional de Sarmiento al 4300.

Fué el viernes por la noche cuando cerca de cien personas ocupaban las mesas del salón y el patio de Suipacha al 1300. Los delincuentes fueron directamente a la caja registradora que robaron en pocos minutos.