El economista Roberto Lavagna aseguró que “los sindicalistas tienen que pedir lo que tienen que pedir los empresarios y la sociedad: un cambio. Indefectiblemente, hay que cambiar”, porque “este llamado ‘modelo’ en el relato del gobierno, no está funcionando y está empobreciendo a la Argentina”.

Lavagna advirtió que el país vive un “Rodrigazo en cuotas” y que “el populismo supuestamente progresista” ha desatado “un proceso inflacionario e intenta que los salarios se ajusten por debajo de los precios” que termina teniendo los mismos efectos que un ajuste conservador que aplaudiría el FMI.

“Los dos hacen lo mismo, les hacen perder a los asalariados participación en el ingreso y bajan la tasa de crecimiento porque, obviamente, baja el consumo”, explicó en un extenso reportaje al diario Perfil.

Habló allí de la “estrangulación fiscal” que sufren los trabajadores alcanzados por Ganancias y los empresarios que no pueden ajustar balances por inflación.

El ex ministro de Néstor Kirchner sugirió eliminar gastos improductivos como el de Aerolíneas, el Fútbol y las represas “Kirchner-Cepernic” que “los propios técnicos del gobierno dicen que no tienen prioridad”, para financiar una baja de la presión fiscal.

Eso y el sobrecosto del 25 % del “capitalismo de amigos” que encarece la erogación fiscal sin mejorar la economía. Dijo que ésas son algunas de las muchas medidas que se pueden tomar para bajar gastos sin afectar la dinámica socioeconómica.

Lavagna especificó que un planteo en común de sindicalistas y empresarios tiene por viabilidad el objetivo en común. “El tema es cuál es el objetivo; en el caso de los impuestos, el objetivo es bajar la presión fiscal. En el caso de los salarios, es proteger los salarios, no sólo por una razón de ideología política.”

Aludió así a “mantener al consumo como un elemento central del crecimiento. Cuando se crecía casi el 9% era porque el consumo estaba muy activo, y se fue reactivando cada vez más. El aumento del consumo, inmediatamente, trae el aumento de la inversión: nadie invierte en un país que no consume.”

“La inversión y la misma exportación -dijo- vienen ligadas al consumo porque cuando uno tiene un mercado interno muy activo, reparte costos fijos en ese mercado y es más competitivo en los mercados internacionales. Entonces hay un círculo virtuoso de poder adquisitivo, producción, productividad, inversiones, más consumo y más empleo”.

" Lo que viene de la soja ni siquiera alcanza para cubrir los errores en materia, por ejemplo, de energía; hay que importar 13 mil millones de dólares por año".

Roberto Lavagna

Economista

Rodrigazo “en cuotas”

“En lugar de hacerlo de una sola vez, y vanagloriándose de hacerlo, como se hizo en el año ‘75, este Rodrigazo es con un discurso progresista que distrae, y en cómodas cuotas”, aseguró Lavagna.

El economista recordó que el presente “es un intento de sectores que se tornan conservadores y retrógrados por bajar el salario del grueso de la población”.

Recordó que “se han subido desde los precios privados a los precios públicos los impuestos, las valuaciones impositivas, todos arriba del ciento por ciento, incluso tarifas de consumo más o menos masivo, como es el colectivo. Pero se sugiere que los salarios podrían ser del 15 o del 18 %”.

El dato

Relato

“Lo que estamos viviendo empezó hace 7 años”, advirtió Lavagna. Recordó que se fue del gobierno en diciembre de 2005 y que hasta fines de 2006 -por inercia- se creció a tasas del 8,9 %. “Desde 2007 hasta 2011, esa tasa baja al 4%; la sociedad argentina, por la publicidad política del gobierno, por el manejo de la inflación que oculta cosas, no se dio cuenta. Y desde 2011 hasta 2013, con el pronóstico también de 2014, es de 1,4%”.

La clave

Asfixia

“La Argentina vive hoy una asfixia impositiva que está destruyendo la inversión, el empleo y, muy particularmente, a la pequeña y mediana empresa. El gobierno concentró el grueso de los recursos; cuando las provincias no pudieron más, les dijo: ‘Arréglense como puedan’. Y las provincias les dijeron a los municipios: ‘Arréglense como puedan’. El resultado de ese desorden total, y el no asumir responsabilidades, es una de las presiones tributarias más altas del mundo en desarrollo”.

Fuente: El Litoral