La Policía Federal allanó este martes 15 viviendas de la zona sur de la ciudad y dependencias de la cárcel de Piñero. Los operativos responden a varias causas por robo, usurpación de viviendas y venta de drogas que apuntan a la llamada banda de Los Gorditos. El fiscal de la Unidad de Investigación y Juicio Nicolás Foppiani ordenó los procedimientos en los que se produjeron 9 detenciones y secuestro de cinco armas de fuego, municiones, teléfonos celulares, sustancias prohibidas y aves silvestres.

Los allanamientos estuvieron concentrados en la zona de Presidente Roca al 5000. La banda Los Gorditos opera –según fuentes de la investigación– en la zona comprendida por las calles Margis (ex Flammarión), Presidente Roca, Anchorena y Lamadrid. La integran, según voceros de la pesquisa, como cabezas visibles Federico I. (detenido en la Unidad 11 de Piñero) y Brandon B. Junto con otras personas, los apuntan como usurpadores de viviendas para en esas casas instalar puntos de expendio de droga. Con esto, además, el grupo genera un clima de violencia marcado por periódicas balaceras, heridos y muertos.

Consecuencia reciente del accionar de la banda fue el tiroteo de la noche del 17 de agosto pasado. Leandro G. y Matias M. recibieron en el pecho y la cara los disparos, respectivamente, de integrantes de Los Gorditos, es la principal hipótesis. Esa causa la comanda el fiscal Florentino Malaponte, de la Unidad de Homicidios Dolosos. Su colega Foppiani investiga al grupo desde hace tiempo, y en una de las escuchas telefónicas que ordenó se establece una conversación entre los referentes de la banda Federico y Brandon. Según portavoces de la pesquisa, ambos intercambian datos de la balacera, ponen en evidencia que el ataque fue premeditado y quedan expuestos como autores intelectuales y ejecutores del mismo. Las intervenciones telefónicas explicitaron detalles del comercio de sustancias prohibidas y de cómo se reparten las ganancias del comercio ilegal, dijeron las fuentes.

Según interpretó un vocero de la pesquisa, se dispuso la intervención de una fuerza de jurisdicción ajena, en este caso la Delegación Rosario de la Policía Federal, como forma de garantizar el resultado del procedimiento. El mismo grupo había sufrido un golpe en septiembre del año pasado, cuando la Policía provincial aseguró haber desbaratado una banda de narcomenudeo. Cuatro semanas antes una mujer los había denunciado por amenazas y dijo que el móvil era que abandonara su vivienda para usarla como quiosco de drogas. En diciembre de 2015 el crimen de un histórico vecino del barrio había dado cuenta del desembarco de Los Gorditos en esa zona de la ciudad.