El juez federal Carlos Vera Barros procesó a 30 efectivos de la policía implicados en la desaparición y muerte de Franco Casco, el joven que, después de haber estado detenido en la comisaría 7ª, fue hallado muerto en el río Paraná. Están acusados de la comisión del delito de ser autores o coautores o haber participado del encubrimiento de la desaparición forzada del joven.

La mitad de los procesados quedaron detenidos. Se les dictó prisión preventiva ante la sospecha que puedan entorpecer la investigación del caso o fugarse. Vale destacar que entre los detenidos se cuentan altos jefes policiales a cargo de la pesquisa, como el titular de la Dirección de Asuntos Internos, Aníbal Candia, y el inspector de la misma repartición, Sergio Damián Pieroni.

Casco, un albañil oriundo del partido de Florencio Varela, provincia de Buenos Aires, llegó a la ciudad a fines de 2014 para visitar a unos familiares. El 6 de octubre abandonó la casa de su tía para volver a su ciudad natal, pero nunca llegó a destino. Después de estar desaparecido 23 días, su cuerpo sin vida fue hallado en una zona costera del río Paraná, por Prefectura Naval.

La autopsia realizada en el Instituto Médico Legal determinó que Casco murió y que luego su cadáver fue arrojado al río. Desde un primer momento se sospechó que el joven podía haber sido víctima de apremios ilegales en la seccional 7ª, pero la morosidad de la investigación y el tiempo que pasó desde su desaparición y el hallazgo de sus restos complicó el esclarecimiento del caso.