Seguínos en las Redes
  • Coronavirus: el mundo en crisis

14:10:48 27/09/2015

El empleo local se mantiene estable, pero comienzan a sonar algunas alarmas

La situación del mercado de trabajo en Santa Fe durante la primera parte del año presenta una foto con matices. En el marco de un escenario donde el empleo, en líneas generales, se mantuvo estable, también surgieron varias señales de alerta en sectores de alto impacto laboral en la región, que comenzaron a mostrar conflictos que estallaron en los primeros nueve meses de 2015, como el automotriz, la siderurgia, la metalmecánica y la maquinaria agrícola.

   En estos casos, con complicaciones que se explican tanto por cuestiones externas —como la crisis de Brasil y la caída de los precios de los commodities— como por otras propias como la inflación, la presencia del Estado a través de herramientas de contención del empleo fueron un elemento clave para que operó como un blindaje legal y político, cuyo elemento más importante continúan siendo los subsidios a los puestos de trabajo comunmente denominados Repro.

   Según los datos que elabora el gobierno provincial, el empleo privado logró en líneas generales esquivar la retracción de la economía durante el primer semestre, incluso con un pico de creación de puestos de trabajo durante el segundo trimestre de este año. Aún así, una serie de conflictos —muchos de ellos producto del arrastre de crisis sectoriales previas— se desencadenaron en el sur del territorio santafesino en actores de peso como Acindar (acero), Paraná Metal (metalurgia), Vassalli (maquinaria agrícola), o General Motors (automotriz). Con sus particularidades, se trata de empresas que eligieron ajustar costos desde lo laboral, algunas por caída de las ventas y otras por malas decisiones estratégicas durante los últimos años.

   Frente a eso, las compañías decidieron encarar procesos de reducción de jornada laboral o suspensiones programadas, que en ningún caso derivó en despidos y, a raíz de un trabajo de consenso con los gremios y el Estado (tanto el nivel nacional como provincial), logró también mantener los salarios de convenio y evitó la pérdida de puestos.

Números oficiales. Según los últimos datos difundidos por el gobierno santafesino, el empleo registrado privado creció un 2,6% durante el segundo trimestre en la provincia. El representante del Ministerio de Trabajo de la Nación en Rosario, Martín Papini, coincidió con ese diagnóstico al afirmar que el año en materia de empleo se mantuvo estable, incluso “con una leve mejora en el Gran Rosario” durante el período mencionado.

   “Existe cierto nivel de alerta en maquinaria y automotrices sobre todo por las condiciones internacionales, pero quiero destacar el gran diálogo que tenemos con los empresarios, así como con Trabajo de Santa Fe”, subrayó Papini.

   Tanto Papini como Alejandro Perassi, también de la delegación rosarina de Trabajo de la Nación, destacaron la importancia de los Repros (hasta 2.000 pesos por mes por trabajador, por hasta 12 meses con posibilidad de renovación) puesto en marcha durante el peor momento de la crisis de 2002, una herramienta que aún está disponible aunque con mayores exigencias a las empresas que los solicitan.

   Según detalló Perassi, en lo que va del año en Santa Fe, 23 empresas pidieron esa asistencia, lo que abarca un universo de alrededor de 1.400 trabajadores, sobre todo en el sector de la metalmecánica.   Papini destacó que con herramientas como los Repros y otras más se consiguieron “resultados positivos incluso en un año adverso desde lo externo”.

   “La prioridad nuestra es que no se pierdan puestos de trabajo, y hacia eso orientamos toda nuestra acción”, resumió, para insistir con el hecho de que “no hubo conflictos significativos” en Santa Fe en estos primeros nueve meses de 2015.

   Desde la provincia adscriben a ese diagnóstico con números propios, ya que según consiga el boletín del Observatorio Laboral que elabora el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social que dirige Julio Genesini, el total de trabajadores en blanco ascendió a 491.350 durante el segundo trimestre, “el pico más alto de cantidad de puestos para la serie temporal 2007-2015”.

   “Ya en el último trimestre de 2014 se empezó a advertir que comenzaban a revertirse las tasas negativas de 2014 en materia de empleo registrado, lo que se confirmó durante el primer trimestre de este año, cuando el empleo registrado creció un 0,7% respecto a igual período del año anterior”, dijo el ministro.

   La mejora fue mucho más notoria durante el segundo trimestre, un escenario que para el funcionario “habla de un crecimiento del empleo privado registrado en la provincia” como consecuencia de “un repunte del funcionamiento de la economía”.

   “Veníamos advirtiendo un repunte y esto se ve reflejado en la generación de nuevos puestos de trabajo, con la construcción una vez más arrastrando a otros sectores”, puntualizó el responsable de la cartera laboral, quien también agregó que la industria “da cuenta de una mayor actividad”.

   Para Genesini, los conflictos que existieron “fueron situaciones puntuales” que pudieron encauzarse bastante bien gracias a la acción combinada del Estado y de los gremios.

Mirada gremial. Antonio Donello, secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica de Rosario, destacó el apoyo del gobierno nacional para transitar el año sin demasiados sobresaltos: “El gobierno ayudó en algunos casos con Repros, en otros con una reducción de impuestos, siempre en empresas que tuvieran todos los papeles en regla”.

   “Tenemos suerte de tener un Estado que está presente, en 2001 esos puestos se perdían”, dijo el gremialista, quien puntualizó que el sector está recibiendo unos 400 Repros que cubren el 25% de los salarios.

   “Estamos agradecidos con el Estado porque eso nos permite no perder puestos de trabajo, aunque las empresas podrían resignar algo de sus ganancias también. Pero los trabajadores sólo somos socios solo en las pérdidas”, agregó.

   Donello estimó que sin la ayuda pública el sector podría haber perdido unos 300 empleos, sobre todo entre las autopartistas, muy afectadas por la merma en la producción de General Motors.

   “Si la empresa madre reduce su producción, las satélites sufren las consecuencias”, dijo, para agregar que a pesar de esos conflictos puntuales en un gremio que cuenta con 17 mil afiliados resolver problemas que abarcan unos 300 o 400 puestos “no significa mucho”.

   El dirigente subrayó que por fuera de las autopartistas existen otros rubros que están trabajando muy bien, como la líea blanca, “que viene creciendo y tomando gente para las vacaciones”.

   También resaltó el “rescate” de la Fundición Martínez de Granadero Baigorria: “La compró Boero con ayuda del gobierno nacional”.

   En cuanto a cómo puede seguir esto, consideró que las perspectivas “no son malas” ya que aquellos que están trabajando menos “saben que lo que está pasando es transitorio”.

   “Estamos en un año de elección durante el cuál se compra lo justo y necesario. Por otro lado, Brasil es un problema que tenemos y que está en nuestra puerta”.

   Por su parte Antonio Milici, el secretario adjunto de Smata Rosario (mecánicos automotores), explicó que dentro de un escenario complejo justamente por la caída de la actividad en Brasil, a nivel local “se logró sostener la venta de vehículos”. “La industria empezó a sufrir los avatares de la caía de la exportación a Brasil, pero el mercado interno resistió”, dijo, para destacar que el gobierno nacional “apostó a la industria nacional y eso ayudó a mantener los puestos de trabajo”.

   Como en otros sectores, el mantenimiento de los Repros y otras medidas puntuales como el Procreauto permitieron mantener a salvo los empleos de esa industria.

   En el caso puntual de General Motors, explicó que hasta el último día de septiembre la fábrica opera un día menos a la semana, algo que se revisará para octubre, noviembre y diciembre. “Estamos con un día menos de trabajo, pero con la gente cobrando el 100% de los salarios”.

Puntos calientes. Por fuera de los números generales y de las interpretaciones políticas y gremiales, existe una lista abultada de conflictos que estallaron a lo largo del año y que le ponen nombre y apellido a los problemas de trabajo.

   Uno de los monstruos que comenzó a echar humo durante el invierno fue Acindar, la siderúrgica con base en Villa Constitución, afectada al menos en parte por un contexto internacional de sobreoferta de acero barato chino y una política de reestructuración en la modalidad de trabajo que apunta a achicar los costos.

   El conflicto comenzó en julio con el anuncio de una decena de despidos por parte de la empresa, lo que después de una serie de negociaciones fallidas derivó en un paro total de la planta de casi una semana, que terminó con una conciliación obligatoria. Según confirmó Papini, el conflicto se saldó con tres despedidos.

   La metalmecánica es otro de los sectores que peor actualidad tienen, con un caso emblemático por lo antiguo y profundo del conflicto como el de Paraná Metal. A finales de agosto 180 trabajadores recibieron telegramas de preaviso, que se convertirán en despidos efectivos el próximo 31 de octubre si no hay solución. La planta, que supo funcionar como una de las fundiciones más importantes del país empleando a 1.300 trabajadores, hoy apenas cuenta con 200 empleados. Gestiones fallidas desembocaron en que nunca pudiera terminar de reconvertir su producción, ni tampoco llegaron las inversiones anunciadas. El caso de la maquinaria agrícola es otro que aparece en la columna del rojo, con números de venta y facturación muy por debajo de años anteriores como consecuencia directa del mal momento de los productores agropecuarios, que eligen postergar inversiones a la espera de una mejora de las cotizaciones de la soja (que cuesta la mitad de hace tres años).

   Vasalli, una de las firmas más importantes del país, es un ejemplo de esa situación: la mayor industria de cosechadoras con sede en Firmat aplica desde el 1º de septiembre un régimen de reducción de la jornada laboral de más del 50%, que afecta a unos 500 trabajadores que siguen cobrando su sueldo al 100%.

   La empresa automotriz General Motors también padece de primera mano la retracción de Brasil, ya que una porción muy importante de la fabricación de autos se exporta. Según Milici, hasta el último día de septiembre la fábrica opera un día menos a la semana, pero cobrando el 100% de los salarios.