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10:00:44 12/11/2013

Tenía salida transitoria, asaltó un autoservicio, se tiroteó con policías en la huida y murió

En el mediodía de ayer el cuerpo de un muchacho cubierto por un trapo yacía sin vida en la vereda de una casa del barrio La Guardia, en la zona sur de la ciudad. En el pavimento uniformados, motos y una camioneta de la policía científica completaban el paisaje. Quien estaba tirado era un joven que un rato antes, según fuentes policiales, había asaltado con un cómplice un autoservicio ubicado a tres cuadras y que mientras escapaba se había enfrentado a los tiros con dos efectivos de la policía motorizada.

Carlos Fabián Fredes tenía 23 años, vivía en Flammarión al 5000 y había salido con un permiso transitorio de la cárcel de Piñero. A su vez, según un vocero policial, estaba acusado de un intento de homicidio ocurrido el 12 de octubre pasado en jurisdicción de la comisaría 15ª.

Asalto. Alrededor de las 11.30 de ayer dos muchachos llegaron a un pequeño autoservicio ubicado en Benito Juárez al 1500, casi en el cruce con Presidente Roca. Detrás del mostrador estaba Margarita, la dueña del comercio en el que también se encontraban algunos clientes y un repartidor de alimentos para animales que terminaba de descargar mercadería de una trafic en la que lo esperaba un compañero.

Según contó Margarita, en ese momento entró al local un joven y le "metió la mano" en el bolsillo al repartidor para hacerse de su billetera. La mujer observó atónita como el maleante obligaba a este hombre a salir a la calle, a punta de pistola.

En la vereda no sólo se encontraba el compañero del repartidor sino también un cómplice del ladrón. Entonces el trabajador también fue asaltado por el otro delincuente, que le robó dinero y un teléfono celular.

Corriendo. Con el botín en su poder, los maleantes se marcharon corriendo por Presidente Roca hacia el sur mientras un llamado al 911 alertaba acerca del atraco. Entonces una patrulla de la policía motorizada llegó al autoservicio y los efectivos salieron tras los pasos de los ladrones.

Los delincuentes recorrieron unos cien metros y doblaron por esta calle en dirección a España. En la cuadra de Gutiérrez al 1600 uno de los ladrones, menor de edad, logró esfumarse mientras que su cómplice, según fuentes policiales, abrió fuego para cubrir el escape. Entonces uno de los policías pulsó el gatilló de la pistola nueve milímetros que portaba y varios balazos atravesaron el cuerpo de Fredes.

El muchacho se derrumbó sobre la vereda impar de una casa situada en la mencionada cuadra, a unos diez metros de la esquina con España, en una zona con zanjas a cielo abierto.

"Se produjo un intercambio de disparos y en el enfrentamiento murió uno de los ladrones", explicó el comisario Carlos Rodríguez, titular de la comisaría 15ª que controla la zona donde ocurrió el hecho.

Rodríguez explicó que el joven fallecido disparó con un revólver calibre 32 que le secuestraron al lado de su cuerpo. También debajo de la ropa, sobre la cintura, tenía un revólver calibre 22.

Según los voceros consultados, Fredes conservaba el dinero y el celular sustraídos.

Gritos. Minutos después varios vecinos se habían arremolinado en torno del cuerpo de Fredes. Una parte de la calle estaba resguardada con un vallado perimetral custodiado por tres policías.

El médico policial examinaba el cadáver mientras algunos de quienes presenciaban la escena solamente comentaban que había ocurrido un enfrentamiento, pero decían no tener más detalles. Entre ellos, un grupo de adolescentes observaban callados lo que ocurría.

Pero al rato rompieron el silencio. "Están matando a todos", exclamó uno de los adolescentes en referencia a la policía. "Son de carne y hueso (por Fredes) como ustedes. Ustedes sacan una pistola y se creen más hombres", voceó otro pibe.

Los policías no respondieron pero la controversia fue escalando. Entonces un alto jefe policial les pidió que se retiraran. "Nosotros los tratamos con respeto, váyanse de acá", les dijo el oficial. Los pibes retrocedieron unos metros y se quedaron en la esquina.

Al mismo tiempo llegó en una moto el padre de Fredes, quien atravesó el cerco perimetral y se dirigió a hablar con la policía. Mientras tanto los chicos debieron doblar por España seguidos por los uniformados. Por esa calle, los jóvenes de condición humilde caminaron unos cien metros hasta que se perdieron de vista. Minutos después, un oficial regresó a la escena del hecho con una gran piedra que, al parecer, habían arrojado los pibes.

Al rato, un vehículo del Instituto Médico Legal llevó el cuerpo de Fredes para la autopsia. Los policías se marcharon y la calle quedó despoblada de curiosos.

Fuente: La Capital