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12:38:53 10/11/2013

Atentados a concesionarias de autos estarían relacionados con Los Monos

Las balas contienen mensajes que no están escritos en ningún documento. Las palabras no parecen necesarias, sólo bastan agujeros de balas en los vidrios para exponer que no hay garantía que le pueda competir al miedo.

Desde hace poco más de un año se repiten en Rosario ataques contra concesionarias de autos, que para los investigadores judiciales son indicios de que las vidrieras rotas configuran mensajes intimidatorios de gente ligada al narcotráfico, que reclama dinero.

En el inventario de la causa de la banda narcocriminal Los Monos hay más de 50 vehículos incautados. Los investigadores creen que sólo han encontrado una pequeña parte del dinero lavado a través de inversiones en autos importados.

Dos días antes de que la casa del gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, fuera blanco de diez balazos, dos personas que se trasladaban en una moto dispararon contra la vidriera de la agencia de autos Natalio Automotores, que está situada en el barrio Pichincha, de Rosario.

El ataque contra la concesionaria que vende autos BMW fue el segundo en menos de un mes.

La compra de vehículos de alto valor, al parecer, se ha convertido en un mecanismo de blanqueo de dinero sucio, en un submundo que tiene elevado poder de compra, como es el de los narcos.

Este mecanismo es investigado en el expediente 913/12, que se abrió a partir del asesinato en septiembre de 2012 de Martín "el Fantasma" Paz.

Este joven de 26 años -que fue asesinado por la banda a la que pertenecía, Los Monos- fue interceptado por un sicario en la esquina de las calles 27 de Febrero y Entre Ríos, cuando se trasladaba con su esposa y su hijo de dos años en un BMW Z4, color blanco, que había retirado de la concesionaria Natalio Automotores unos días antes.

Tres días después del crimen del "Fantasma" Paz, otros locales que venden autos importados -como Stern Motors, que ofrece Porsche y Mercedes-Benz- fueron blanco de atentados.

Un motociclista destrozó la enorme vidriera del negocio que se encuentra frente al shopping Alto Rosario, con una ametralladora que, según el resultado de un peritaje balístico, sería una FMK3, de fabricación nacional.

Un día después de ese episodio, la agencia Capozzucca tuvo el mismo destino. Una persona en moto con el mismo tipo de ametralladora disparó 15 balazos durante la madrugada.

LAS CAUSAS

En la investigación que se originó a partir del crimen de Martín Paz, y que tiene a la banda de Los Monos como principales inculpados en una trama de narcocriminalidad en Rosario, surgieron elementos que hacen suponer que integrantes de este grupo no sólo adquirían autos en varias concesionarias, sino que también eran capitalistas de estos negocios.

"Aportaban dinero para la compra de autos que servían de stock", dijo una alta fuente judicial, que ante la consulta de LA NACION agregó: "Quieren recuperar el dinero que supuestamente aportaron". Y como el único comprobante de esas operaciones era el miedo, atacan para hacerlo visible y recuperar lo invertido, se interpreta entre los investigadores.

En septiembre pasado, la concesionaria Marrochi tuvo que depositar en una cuenta judicial 200.000 pesos que un miembro de la banda de Los Monos adelantó para la compra de un Audi A1. El pago se concretó -según publicó el periodista Hernán Lascano en el diario La Capital- luego de que Mariano Ruiz, apuntado como uno de los principales inversores de la organización, fuera detenido en la ciudad de Buenos Aires, en agosto pasado.

Ruiz entregó dinero a Marrochi cuando estaba prófugo. Tras quedar preso, el narco hizo llegar un mensaje a la concesionaria para que le reintegraran el dinero que había adelantado. En la agencia se negaron y decidieron presentarse, con cierto temor, ante la Justicia. Ruiz era un buen cliente; ya había comprado dos autos importados en ese local, pero su nombre había traspasado el anonimato.

El BMW blanco, descapotable, modelo Z4 (patente LQN 244) fue registrado el 5 de septiembre, tres días antes del asesinato de Paz. El vehículo, que costó 330.000 pesos y fue comprado en Natalio Automotores, estaba a nombre de Daniel Roberto, un empresario metalúrgico del sur de Rosario. Roberto declaró en la causa que "el Fantasma" le pidió que firmara los papeles del vehículo a cambio de reducir la deuda que el empresario tenía con el narco. Paz usaba el dinero del narcotráfico para prestar dinero y cambiar cheques. Roberto le debía 400.000 pesos.

En agosto ambos fueron a Natalio Automotores, y Paz le presentó al vendedor Víctor Hugo H., de 54 años.

En su declaración, el empleado contó detalles de la transacción. "Vino a fines de enero de 2012 a preguntar por un Z4. No lo teníamos en exhibición en la agencia, sino en el galpón. Lo vimos y le dije que salía 330.000 pesos o 73.000 dólares. Era una partida económica, sin tapizados de cuero ni climatizador automático", describió ante el juez. "Al otro día, lo compró. Le dije que nosotros no recibíamos dinero en efectivo. Fue al banco Macro, donde depósito una seña de 20.000 pesos", relató Víctor Hugo.

Veinte días después, Paz pagó el saldo. "Me dijo que la plata -eran 310.000 pesos- la tenía en efectivo en el baúl del auto, un VW Bora", señaló el empleado, y agregó: "Yo lo acompañé hasta el banco donde depositó el dinero. Me dijo que no quería retirar el auto porque tenía que ver a nombre de quién lo ponía".

Pasó un tiempo y Martín Paz no pasaba a buscar el BMW que ya había abonado. En la concesionaria necesitaban espacio en el depósito. "Yo le dejaba mensajes a una señora [la madre] para que pasara a buscar el vehículo, pero no venía", señaló Víctor Hugo. El gerente de la concesionaria Gustavo G. declaró que les llamaba la atención que Paz no fuese a buscar el vehículo. "Le íbamos a mandar una carta documento", afirmó. Finalmente, en agosto, Paz fue al local con el empresario. Tres días después lo mataron cuando paseaba en el flamante BMW Z4.

PILAS DE BILLETES EN CAJAS DE CARTÓN

"Iban a comprar autos importados con dinero en efectivo de baja denominación, que llevaban en cajas de cartón, del tamaño de las que se usan para embalar las resmas de papel para fotocopiadoras. Hay escuchas que indican que demoraban horas contando parvas de billetes de cinco pesos y de diez pesos. Son los billetes que obtenían de la recaudación de los búnkeres donde se vende droga al menudeo", contó uno de los investigadores a La Nación.

Fuente: La Nación