El padre Luis Luna, a cargo de la iglesia Itatí de Pablo Nogués, de la diócesis de San Miguel, acompañó el reclamo de los vecinos y padres de su localidad preocupados por el consumo de droga y crecimiento del narcotráfico.    El padre Lucho encabezó una procesión que escrachó casas donde se vende droga a jóvenes. "Este año pusimos énfasis en rezar, pedir a la Virgen que nos acompañe por el tema de las adicciones que tenemos en el barrio, en la comunidad, en el país. Pasamos por lugares donde nos indicaron y apuntaron que venden drogas", explicó en declaraciones a La Ocho.   El sacerdote expresó que "el tema con el narcotráfico es complicado aquí como en todo el país, no es que señalamos con el dedo, pero nos preocupa mucho, creo que hay que involucrarse, proteger a los nuestros".   "Lo que pedimos, por intermedio de la fe, es reflexionar sobre esto, sobre el daño que causa a las personas, a la familia, a los jóvenes", agregó.    Respecto a posibles represalias dijo que no tiene temores. "Puede ser que no tome dimensión, pero la realidad es que el miedo nos paraliza, y eso es en parte lo que sucede, la gente está paralizada, no quiere hacer denuncias. ¿Qué preferimos? ¿Que se sigan matando chicos y no decimos nada?".   "La población puede señalar donde venden drogas, se dice que 'todo el mundo lo sabe', nosotros queremos ayudar a que esto se hable, se ponga en discusión", agregó.   "En el barrio están muy flageladas las familias. Todos estamos con esta preocupación que destruye a las familias, a los jóvenes y a los niños", prosiguió.   "He acompañado la muerte de muchos jóvenes a causa de la droga, y he acompañado a muchas familias también a causa de la droga. Tenemos que hacer algo: oración, procesión, silencio. Decir 'acá estamos, queremos hacer algo juntos, por todos'", cerró.