El gobierno nacional salió con un mensaje unívoco contra quienes cuestionan la administración de la política cambiaria. Así, el ministro de Economía, Axel Kicillof, aseguró que el cepo cambiario "no existe", y dijo que está a favor de que "la gente compre dólares, pero demostrando de dónde sacan la plata".

"No existe cepo porque importamos, giramos utilidades, pagamos vencimientos externos y le vendemos dólares a la gente que quiere", enfatizó el funcionario.

También el presidente del Banco Central (BCRA), Alejandro Vanoli, buscó llevar tranquilidad al mercado sobre la salud de la entidad. "Desde el punto de vista de la reservas no hay nada que temer ni preocuparse", dijo y se quejó también de que las restricciones a la compra de divisas sean calificadas de "cepo cambiario".

Vanoli consideró que es "conceptualmente muy peligroso que candidatos o referentes económicos traten de instalar esta sensación de que existen regulaciones que no son razonables".

"Las palabras tiene un peso muy importante. El cepo es un elemento de tortura abolido por la asamblea del año 13. Llamar a las cosas con ese nombre tiene toda una significación, que tiende a desnaturalizar cualquier intento de un banco central de establecer regulaciones financieras y cambiarias mínimas", dijo Vanoli.

En ese sentido, Kicillof aseguró que "cepo tiene un nombre que lo han impuesto popularmente, con cierta intencionalidad".

Además, sostuvo que "hubo una protesta que tuvo que ver aparentemente con la aspiración de querer comprar dólares, que creen que es un derecho fundamental. Yo no estoy en contra de que la gente compre dólares, pero deben demostrar de dónde sacan la plata", dijo Kicillof y señaló que "hay lío con la disponibilidad de las divisas es un problema global por las medidas que tomó Estados Unidos para salir de la crisis de 2008", consideró Kicillof.

También el secretario de Comercio, Augusto Costa, coincidió con Kicillof, al afirmar que en la Argentina "no existe cepo" a la compra de dólares sino que "lo que hace el gobierno es administrar las divisas".

El funcionario sostuvo que esa administración de las divisas es la que determina que en el caso de la compra de dólares para ahorro, el adquirente "deba demostrar su capacidad contributiva".

A su criterio, la administración de las divisas "garantiza condiciones de previsibilidad y estabilidad" económica.

Reservas aseguradas. Vanoli salió a defender el nivel de reservas del BCRA y aseguró que "aumentaron en 3.500 millones de dólares en los últimos meses, con una suba en los giros para pagos de sectores productivos y para ahorro, de modo que desde este punto de vista no hay nada que temer ni preocuparse".

Además, el funcionario criticó a "algunos economistas que piden el ajuste" del gasto público.

"Yo creo que en muchos casos hay una especie de ceguera intelectual de parte de algunos economistas sobre el ajuste. Veo y creo que hay un consenso entre la gente común de que las cosas se están normalizando y que la transición hacia el nuevo gobierno va a ser ordenada", evaluó.

Vanoli afirmó que "en todo el mundo se aplican regulaciones a los movimientos de capitales, por lo que pasó después de 2007, y se acepta que el mercado financiero no puede tener una independencia absoluta".

"Hace dos años dije que había que revisar regulaciones cambiarias y a los dos meses empezó el dólar ahorro. Las limitaciones tienen que ver con la capacidad de ahorro del común de los argentinos y las regulaciones controlan la capacidad contributiva asociada a la compra de dólares", evaluó.

El funcionario destacó que en los últimos seis meses "se elevaron en más de 50 por ciento los pagos de importaciones, que se habían reducido el año pasado".

A su criterio, "la dinámica marca un sentido de recuperación, y las perspectivas de los próximos meses y de 2016 son mejores, en un mundo que atraviesa una situación muy compleja, con socios relevantes en problemas, caída de precios de los commodities, apreciación del dólar a nivel internacional y las consecuencias del fallo del juez (neoyorquino Thomas) Griesa".

Además, aseguró que "hay sectores que lamentan que la Argentina no haya tenido una crisis. Pero si la perspectiva fuera negativa, la brecha entre el dólar oficial y el contado con liquidación no se hubiera reducido de 86 a 40 por ciento".