Tal como lo había anunciado días atrás, Martín Insaurralde renunció hoy a su banca en la Cámara de Diputados, que ocupó durante un año exacto, tras resultar electo para encabezar la lista del oficialismo en las últimas legislativas. En la carta que presentó ante el titular del cuerpo, Julián Domínguez, adujo "razones de índole personal". Sin embargo, ya había confirmado su intención de retomar su tareas de jefe comunal, puesto del que se había pedido licencia.

"Presenté varios proyectos vinculados con la seguridad, como la ley contra la violencia en el fútbol y la de armas cero, y ninguna fue discutida", argumentó al anunciar su salida de la Cámara. Se refirió así a la discreta tarea que cumplió como legislador en estos 12 meses: presentó 10 proyectos de ley y nunca habló en el recinto.

Desde hace tiempo que la figura de Insaurralde es objeto de controversia en el kirchnerismo. A sus coqueteos con Sergio Massa y su negativa a acatar de manera taxativa los postulados del discurso oficial se sumó un comportamiento "díscolo" en el Congreso: evitó avalar numerosas iniciativas resistidas por la oposición, pero en cambio casi siempre se sentó en su banca para dar el quórum para los debates.

El ala dura del kirchnerismo no ha tenido empacho en desaprobar esa conducta e incluso en numerosas ocasiones le han objetado su relación con la modelo Jesica Cirio, con quien se casó recientemente. "Tuvo tiempo para cobrar la dieta pero no para trabajar", disparó ayer Carlos Kunkel. "Defraudó la confianza que se depositó en él", consideró quien ocupará su lugar en la Cámara, Luis Cigogna.

El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, fue más cauto al referirse al tema esta mañana. "Es una decisión de carácter estrictamente personal y política, por lo tanto, cada uno es responsable de sus propias decisiones y no tengo más para opinar". Evitó así la crítica frontal.

Mientras disfruta de estar en boca de propios y extraños, Insaurralde se consolida al frente de las encuestas para gobernador de 2015. Esquiva las definiciones pero no cierra ninguna puerta.

Los rumores que hablan de un salto al Frente Renovador despertaron la ira de los dirigentes de ese espacio que aspiran a competir por el mismo cargo. De Darío Giustozzi a Felipe Solá, pasando por Gustavo Posse, los laderos de Massa hace tiempo no ocultan su disgusto por ese juego. "El uso de todo el supuesto glamour mediático es una muestra de irresponsabilidad para con una sociedad que está con muchos problemas graves y quiere soluciones y no circo", lanzó hoy el ex gobernador bonaerense.

En plena tensión entre su pertenencia al Frente para la Victoria y los rumores que lo asocian al massismo, el lomense juega al misterio. Una clave respecto a su futuro dio Cirio la semana pasada cuando habló de su salida del Congreso. "Ahora vuelve a Lomas. Y después en enero arrancamos con la campaña, y digo 'arrancamos' porque lo voy a acompañar", dijo. Cuando le preguntaron para qué partido iba a hacer campaña, ella respondió: "Empieza él solo".