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17:02:48 29/11/2014

La Fiscalía pidió penas de hasta 30 años para los acusados del triple crimen

La fiscal a cargo de la acusación contra los cuatro imputados por el triple crimen de villa Moreno solicitó que a tres de ellos se los condene a 30 años de cárcel como autores materiales de la matanza, mientras que para el restante pidió 26 años de encierro por su rol de partícipe necesario. Fue en el marco de los alegatos de clausura del juicio oral y público en el que se ventila un hecho con múltiples connotaciones sociales, políticas y jurídicas. La querella compartió el pedido del Ministerio Público y puso de relieve que la masacre impuso una "modalidad homicida que generó terror y un miedo que aun persiste entre testigos y vecinos". Y que esa errónea venganza desatada contra los tres jóvenes inocentes acribillados el 1º de enero de 2012, se inscribe en "disputas territoriales ligada al entorno del narcotráfico". El lunes alegarán las defensas y el próximo viernes 5 de diciembre se dará a conocer la sentencia definitiva.

Con un relato cronológico y detallado de las pruebas acumuladas durante más de dos años y medio de investigación, la fiscal Nora Marull expuso ayer su pretención punitiva para Sergio Gustavo "Quemado" Rodríguez, Daniel Alejandro "Teletubi" Delgado, Brian Ismael "Pescadito" Sprío y Mauricio Ezequiel "Maurico" Palavecino.

Ellos fueron los sindicados junto a un menor inimputable y a Brian Damián "Damiancito" Romero, condenado a 8 años de prisión en un juicio abreviado, por acribillar con absoluta impunidad a Jeremías "Jere" Trasante, de 16 años; Claudio "Mono" Suárez, de 20; y Adrián "Patom" Rodríguez, de 18 años, tres militantes sociales inocentes y ajenos a cualquier disputa en un predio de Presidente Quintana y Dorrego.

Los agresores llegaron hasta allí en busca de otras personas para vengar un ataque previo contra Maximiliano Rodríguez (hijo de el "Quemado"), pero emprendieron fuego sin piedad contra los tres pibes indefensos que, sentados en un banco detrás del arco de la canchita del club de fútbol infantil Oroño, hacían tiempo antes de ir a una fiesta.

Paso a paso. La fiscal expuso el cúmulo probatorio sustentado en relatos coincidentes de testigos que desfilaron por la sala de audiencias durante ocho jornadas, pericias y escuchas de conversaciones telefónicas captadas a los aparatos de los acusados y su entorno. También tuvo en cuenta los análisis balísticos, de armas, y puso en evidencia las conductas evasivas posteriores de los imputados que, con complicidad policial, intentaron evadirse de la Justicia y despegarse del hecho.

Marull recordó que el triple crimen fue "la dramática e injusta escena final de una concatenación de sucesos anteriores". Así, rememoró el atentando a balazos que sufrió el 29 de diciembre de 2011 Facundo Osuna a manos de Maximiliano "Quemadito" Rodríguez (hijo de Sergio) y sus amigos. Eso desencadenó la réplica que sufrió este último a las 3 de la mañana del 1º de enero de 2012 en Vera Mujica y Garay, cuando lo balearon desde una moto mientras estaba en un auto junto a su novia y una amiga.

A partir de ese momento mostró como, mientras Maximiliano era atendido en el Hospital de Emergencias, hasta donde lo llevaron Sprío y Delgado, el "Quemado" organizó y preparó la logística para vengar el ataque sufrido por su hijo. En el hospital también estaba Palavecino, según confesó la novia del herido.

En ese momento, de acuerdo a la teoría del Ministerio Público Fiscal, se reunieron y utilizando como movilidad la Renault Kangoo blanca propiedad de Palavecino, "munidos de armas de alto poder ofensivo y al menos uno de ellos con chaleco antibalas", fueron en busca de venganza hacia la canchita de Dorrego y Presidente Quintana.

Sin piedad. "El hecho fue perpetrado apenas pasadas las 4. Estacionaron por Biedma, entre Moreno y Dorrego. Se bajaron Delgado, Sprío, Gerardo J. M. (menor) y Rodríguez", reconstruyó Marull. Luego, los agresores atravesaron la plaza y llegaron a la zona de la canchita donde, sobre un banco y detrás de un arco, estaban sentados Jere, Mono y Patom.

"Paren, no tenemos nada que ver", alcanzaron a decir los pibes. Pero como respuesta recibieron una impiadosa y mortal ráfaga de balazos de ametralladora y de pistola calibre 9 milímetros. Los atacantes salieron después por un pasillo que desemboca en calle Dorrego y desde allí también abrieron fuego contra familias indefensas que festejaban la llegada del año nuevo en la vereda. Regresaron al vehículo y escaparon por Biedma.

En su exposición, la fiscal valoró el testimonio del sobreviviente de la balacera, Marcelo "Moky" Suárez, quien tuvo casi frente a frente a el "Quemado" pero corrió y salvó su vida de milagro. En su declaración durante el primer día del juicio, el joven describió la vestimenta del imputado y lo reconoció delante de los jueces en la sala de audiencias.

En ese sentido, la fiscal también le dio crédito a los dichos de Ezequiel "Eze" Villaba, otro testigo clave y supuesto destinatario de la venganza, quien dijo que vio subir a la Kangoo a Rodríguez, Palavecino y Delgado. "Los cruzo de frente a todos, no recuerdo bien si estaba Jeta", dijo en su momento.

Balas y vainas. El extenso alegato de Marull incluyó las pericias sobre el material balístico. Detalló que las vainas servidas calibre 9 milímetros y de ametralladora recogidas en la villa Moreno, y dos vainas calibre 9 milímetros levantadas en el lugar donde fue atacado horas antes Maximiliano, permitieron concluir que "una de las vainas coincide con las recogidas en la villa y otra con la recogida en el interior del auto de Maxi". Ese entrecruzamiento le permitió sostener que la misma arma que usó "Quemadito" para defenderse fue la que se utilizó un rato más tarde su padre en el triple crimen.

Respecto a la ametralladora corta Pam 1, Marull recordó que fue secuestrada durante un allanamiento en barrio Tablada. “Era la misma utilizada en la villa Moreno,porque coincidió con ocho de las vainas que se recogieron en la escena del triple crimen”, recordó.   Asimismo, la fiscal dio por probada la relación entre los miembros de la banda a la que los vecinos apuntaron como autores materiales de la masacre y no pasó por alto la trama de encubrimiento policial que motivó una causa conexa que tiene a tres policías imputados y a punto de ser condenados.

El pedido. “Los hechos que se le atribuyen a Rodríguez, Delgado, Sprío y Palavecino encuadran en la calificación legal de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por la participación de un menor en concurso real. Como coautores a los tres primeros y partícipe necesario el último”. A partir de ese dato la fiscal solicitó 30 años de prisión para Rodríguez, Sprío y Delgado como coautores de la matanza, y 26 años de encierro para Palavecino por su participación necesaria.

   Como Sprío cumple una condena a 5 años y 2 meses por tenencia de drogas para comercialización, Marull solicitó que se unifique la pena con un computo único de 35 años y 6 meses de prisión. “En el caso de que no se aplique la pena, dejó constancia de elevar el recurso de inconstitucionalidad”, dijo.

Querella. A su turno, los representantes de la querella coincidieron en los conceptos vertidos por la fiscal y en la cantidad de años de prisión pedidos al tribunal. Federico Garat, en nombre de la familia de Mono Suárez, hizo un repaso de la connotación social del hecho y las equivocadas interpretaciones que se hicieron sobre las víctimas en un primer momento. “Esto se trató de una modalidad homicida que desplegó terror y generó miedo. Fue un fusilamiento. Se trató de un disputa territorial ligada al entorno del narcotráfico. Y se pensó que las víctimas debían formar parte de esa lógica. Pero sus padres tuvieron que salir a desagraviar a las víctima cuando los sindicaron como soldaditos. Y quedó demostrado que los chicos eran ajenos a los conflictos por su trabajo social, su solidaridad, su vida estudiantil y su modo de subsistencia”.

   En la misa sintonía se pronunció Jéssica Venturi, en nombre de la familia de Jere Trasante. “Después de transitar este juicio quedaron probados todos los extremos. Se pudo acreditar cómo llegaron Rodríguez, Delgado y Sprío al predio, cómo se desplazaron y cómo se fueron”.

   Finalmente Norberto Olivares, en nombre de la familia de Patom Rodríguez, recordó que por las audiencias pasaron 70 testigos y dijo: “Se evaporaron ciertas pretenciones de impunidad. Ahora se espera una condena no solo alta, sino también ejemplificadora”.