El producto interno bruto (PIB) de Brasil registró entre abril y junio su segunda caída trimestral consecutiva, lo que, según los economistas, indica una "recesión técnica" —la primera desde la crisis financiera de 2008—, anunció  el gobierno.

La noticia sobre el mediocre desempeño de la economía fue publicada cuando faltan solamente cinco semanas para los comicios generales del 5 de octubre, en los que la presidente Dilma Rousseff buscará la reelección.

Según un informe del estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (Ibge), la producción brasileña se contrajo un 0,6 por ciento en el segundo trimestre frente a la registrada entre enero y marzo que, a su vez, cayó un 0,2 por ciento frente al último trimestre de 2013.

Entre abril y junio, la suma de las riquezas producidas en el país sudamericano totalizó 1,27 billones de reales (unos 567.000 millones de dólares, al cambio actual).

Retracción industrial. La gerente de Coordinación de Cuentas Nacionales del Ibge, Rebeca de La Rocque Palis, afirmó que el resultado negativo se debió a la fuerte retracción de la producción industrial.

"La industria en general registró una caída del 1,5 por ciento, el peor resultado desde el segundo trimestre de 2012", afirmó.

La producción del sector agroganadero, a su vez, registró un leve aumento del 0,2 por ciento entre abril y junio frente al primer trimestre de 2014, mientras que el rubro de servicios sufrió una caída del 0,5 por ciento.

Las inversiones, por otra parte, se desplomaron en un 5,3 por ciento frente al período enero-marzo y en un 11,2 por ciento en relación al segundo trimestre del año pasado.

Pese a los resultados negativos dados a conocer ayer, el ministro de Hacienda, Guido Mantega, sostuvo hoy que "recesión" no es la palabra apropiada para definir el presente momento de la economía brasileña.

"No debemos hablar en recesión, porque, para mí, esta palabra define un estancamiento prolongado, como el que vivieron los países europeos. Acá estamos hablando sobre dos trimestres. Recesión ocurre cuando hay desempleo en aumento e ingreso en descenso, y acá tenemos lo opuesto", sostuvo, en una rueda de prensa en Brasilia.

La última recesión técnica de la economía brasileña ocurrió en el último trimestre de 2008 y el primero de 2009, luego del estallido de la crisis financiera internacional.

Pese al resultado negativo, el PIB brasileño acumulado en el primer semestre aumentó un 0,5 por ciento frente al mismo período del año pasado.

Si se considera el resultado acumulado entre el tercer trimestre de 2013 y el segundo de 2014, la economía del país registra una expansión del 1,4 por ciento frente al período entre julio de 2012 y junio de 2013.

Pese a rechazar la idea de recesión, el ministro Mantega admitió que el Ministerio de Planificación tendrá que revisar una vez más hacia abajo su pronóstico sobre el crecimiento económico esperado para 2014, que ya había bajado del 2,5 al 1,8 por ciento.

La previsión actual es más optimista que la del Banco Central de Brasil, que pronostica una expansión del 1,6 por ciento, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un crecimiento del 1,3 por ciento y los analistas de bancos consultados por el gobierno han bajado al 0,7 por ciento su cálculo para 2014.

Brasil padece un efecto combinado de presiones externas por causa del escaso crecimiento internacional, y presiones internas por el poco desarrollo de su infraestructura y la caída en el consumo y en el nivel de inversiones.

Mantega apuntó a Argentina

La caída de las exportaciones de automóviles de Brasil a la Argentina fue una de las razones señaladas por el ministro de Hacienda del país vecino, Guido Mantega, para explicar el "menor crecimiento" de su economía, que en realidad tuvo una caída de 0,6 por ciento en el segundo trimestre. El ministro atribuyó la caída al escenario global, la sequía que afecta a varios estados y a una menor exportación de vehículos a la Argentina.