La final de la Supercopa de Turquía entre Fenerbahçe y su eterno rival, Galatasaray, fue un verdadero escándalo mundial: sólo se jugó un minuto del partido. La previa venía compleja porque Fenerbahçe había amenazado con boicotear la definición del torneo en protesta contra el arbitraje y la federación turca (TFF), pero tras recibir un gol antes del minuto abandonó el campo de juego. "Salimos a la cancha no para ganar sino para defender la verdad", sostuvo el club.

El vicepresidente del club, que está segundo en la Superliga turca detrás de Galatasaray, ya había anunciado que saldría a jugar con el plantel sub-19 y había adelantado que los jugadores abandonarían el campo antes del final de los 90 minutos, lo que supondría que el equipo perdería automáticamente por 3-0 y su rival se llevaría el título.

Cuando sólo iban 50 segundos, Galatasaray se puso en ventaja con un gol de Mauro Icardi. Inmediatamente, los jugadores de Fenerbahçe abandonaron la cancha, el árbitro tomó la pelota y se fue de la cancha dando por finalizado el partido.

"Hoy salimos a la cancha no para ganar sino para defender la verdad. Lo que queremos enfatizar para resumir nuestra actitud es esto. Al servicio del deporte turco con sus 117 años de historia no sólo en el fútbol sino en todas las ramas en las que competimos, tiene miles de trofeos en su museo con las huellas del sudor y el trabajo, sintiendo los valores nacionales de su país con sus 30 millones de fans", comunicó el club en sus redes sociales.

Galatasaray ganó la Superliga turca en la temporada de 2022-2023 y Fenerbahçe se hizo con la Copa, y así llegaron a esta definición entre ambos que terminó de la manera más irrisoria.

Como el juego duró tan poco, los jugadores de Galatasaray se dividieron en dos equipos para continuar jugando ante el público en un estadio donde había un cuarto del aforo. Después de divertirse un rato se llevó adelante la ceremonia de premiación y se coronaron como supercampeones de Turquía en un día raro y polémico.

Los medios turcos habían informado que el primer equipo de Fenerbahçe ni siquiera se había desplazado a Sanliurfa, donde se disputaba la final. De hecho, no participó en la rueda de prensa habitual previa a los partidos.

La determinación del club fue contra lo que considera un permanente maltrato de parte de la TFF y de los árbitros.

Además, quiere denunciar el rechazo por parte de la federación a su petición de que la final se pospusiera para poder tener más tiempo para preparar el partido de la Liga Conferencia de la Uefa del jueves.

La TFF impuso esta semana una sanción de seis partidos en casa sin espectadores, más allá de multas económicas, a Trabzonspor, por la agresión de numerosos hinchas suyos a los jugadores de Fenerbahçe tras el partido del 17 de marzo pasado.

Fenerbahçe denunció que esa agresión fue un intento planificado de sabotear su éxito en la Superliga de Turquía, en la que va segundo a dos puntos de Galatasaray.

La Supercopa iba a celebrarse el pasado 29 de diciembre en Riad, la capital de Arabia Saudita, pero fue suspendida al no ser autorizados los jugadores a salir al campo con camisetas con el rostro de Mustafá Kemal Atatürk, el fundador de la Turquía moderna, con el mensaje "Paz en casa, paz en el mundo", para celebrar el centenario de la República Turca.