"Parece que el verano llega sólo hasta la bajada Escauriza, después de la bajada Escauriza se termina el verano", afirma Silvia Giacobbe, referente de la vecinal Florida Norte, mientras describe el estado de los muelles de Costa Alta, el bello balcón costero que se extiende entre la playa de La Florida y el parque que rodea al Puente Rosario Victoria. La ironía se justifica cuando se recorre el paseo: ya no hay lanchas, las escaleras para bajar al río están clausuradas y el ascensor panorámico lleva ya seis años parado.

Para revertir esta postal del abandono, en un lugar privilegiado de la ciudad, la comisión de Producción del Concejo Municipal aprobó este martes una iniciativa presentada por el edil Lisandro Cavatorta (justicialista) que pide al municipio la elaboración de un plan para la puesta en valor de las estructuras inauguradas durante la intendencia de Hermes Binner.

El proyecto reclama mejorar la accesibilidad, fomentar la llegada de embarcaciones y diagramar un sistema de vigilancia para los casi 600 metros de pasarelas costeras, desde donde se realizaban traslados a las islas, se practicaba ejercicio y se probaba suerte con la pesca.

"Hoy los muelles están prácticamente abandonados, se queja el concejal de la oposición. Dos de las escaleras por las cuales se accedía a las lanchas están clausuradas, no hay pontones para las embarcaciones, las barrancas están sucias y llenas de yuyos". Para Cavatorta, la costanera norte tiene un tríptico de atracciones: la rambla Catalunya, La Florida y el Paseo del Caminante, pero "sólo se encuentra bien mantenida la playa que tiene un acceso pago", cuestiona.

El principal problema que enfrentan los muelles es su falta de accesibilidad. En 2017 el ascensor panorámico con capacidad para 30 personas dejó de funcionar por un desperfecto en el motor. El inconveniente nunca fue subsanado y el paso del tiempo, la bajante del río, la pandemia y el intenso vandalismo urbano terminaron de desguazar el aparato.

Actualmente, "quienes llegan a Costa Alta tienen que bajar por escaleras empinadas, con algunos escalones rotos, o caminar por las mismas calles por las que circulan los automóviles", señala Cavatorta y advierte que la ausencia del ascensor no sólo es un problema para familias con niños o personas con discapacidad, sino para cualquier persona que se acerque al paseo.

Giacobbe señala que las estructuras suspendidas en la barranca "son vitales para el turismo de la ciudad y, en especial, de la zona norte", pero para poder llegar hasta el lugar hay que atravesar por escaleras "que están extremadamente sucias y resultan peligrosas".

La secretaria de la vecinal Florida Norte considera que recuperar ese pase "no sólo es una necesidad del barrio sino de toda la ciudad".

Jesica Cantarutti es la presidenta de la entidad que representa a los vecinos del barrio de La Florida. "Hace por los menos seis años, desde 2017, que el ascensor para llegar a Costa Alta no funciona. Varias veces llevamos el reclamo al centro municipal de distrito Villa Hortensia y también lo hablamos con varios concejales y concejalas", recuerda la mujer y afirma que la falta de acceso, de iluminación y de agentes de control reduce la posibilidad de uso y el disfrute del paseo.

"Nos contestan que el problema del ascensor no sólo son los costos de reparación, sino también las tareas de mantenimiento continuo que requiere. Igualmente, siempre lo seguimos reclamando", afirma la mujer.

Ambas recuerdan que también se planteó la necesidad de poner en valor los muelles en los talleres del presupuesto participativo. Es más, en el debate del año pasado sobre las obras necesarias para la zona norte, el municipio presentó un proyecto para intervenir sobre los muelles. Las obras nunca se concretaron.

Las mujeres recordaron que no es la primera vez que el ascensor de Costa Alta se convierte en noticia. En enero de 2018, ya se advertía en los medios que el ascensor de Costa Alta seguía sin funcionar. Y la situación sigue siendo la misma seis años después.

Por entonces, el subsecretario de Obras Públicas, Marcelo Gallione, explicó que el elevador tenía un alto costo de mantenimiento debido a su antigüedad (se había instalado en 2012) y a que la empresa que se dedicaba a su cuidado había dejado de prestar servicio. Entonces, se elaboró una licitación para renovar el aparato, con un presupuesto de 2 millones de pesos de ese tiempo, pero las obras nunca se concretaron.

El proyecto presentado en el Concejo reclama el diseño de un plan para la recuperación de los muelles. La iniciativa advierte que "a pesar de su enorme potencial turístico, desde hace años, el Paseo del Caminante, así como el parque de la cabecera del puente Rosario-Victoria se encuentran en un estado sumamente deteriorado" y "particularmente se destaca la falta de mantenimiento y reparación del ascensor panorámico el cual cumplirá seis años fuera de servicio".

El escrito destaca que la zona representa uno de los lugares emblemáticos de Rosario y que son espacios para disfrutar en forma "activa, pública y democráticamente" del río y la playa, con especial énfasis en la temporada de verano.

Pero, en los últimos tiempos quienes transitan la zona con mayor asiduidad o trabajan allí "denuncian sufrir todo tipo de calamidades, que van desde la proliferación de asaltos, robos y hurtos, pasando por actos vandálicos, ruidos molestos y pintadas, hasta extorsiones de trapitos y verdaderas batallas callejeras".

Por eso, la iniciativa propone la Instalación de un destacamento estable y fijo de las áreas de control municipal; el rediseño, la reconstrucción y el mejoramiento de las vías de acceso al muelle y a la costa ribereña, principalmente las peatonales y la reconstrucción y mejoramiento del muelle, que contemple acciones sobre el ingreso y bajada a la playa, reestructuración de rampas y escaleras e instalación de accesibilidad inclusiva para personas con discapacidad, mediante la reparación o el reemplazo del ascensor mirador.

También se considera el diseño e implementación de actividades de atracción turística y promoción audiovisual, la colocación de cartelería con información turística, la definición de áreas de mayor circulación peatonal y la articulación de acuerdos y convenios con empresas, sindicatos y asociaciones de servicios de transporte náutico, para lograr una mayor y mejor calidad de los servicios de traslados a las islas y su frecuencia.