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22:33:31 06/09/2023

Vuelven a subir las enfermedades de transmisión sexual en el país

Las enfermedades de transmisión sexual (ITS) se encuentran en alza en Argentina producto de varias causas, según datos oficiales del Ministerio de Salud.

La sífilis es un caso testigo. Desde 2010, la tasa de incidencia a nivel nacional creció de modo sostenido: los casos se cuadruplicaron entre 2013 y 2018 y alcanzaron su pico en 2019. En 2020, producto de la pandemia del Covid-19, se produjo una caída pronunciada y en 2021 comenzó a marcarse un ascenso.

“Las proyecciones de los registros para 2022 permiten suponer que para el año 2023 la tendencia se acercará a los números pre-pandémicos”, advierte el Boletín Nº 39 Respuesta al VIH y las ITS en la Argentina.

La mayoría de las ITS desarrollan manifestaciones dermatológicas en algún momento de su evolución, advierten desde la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), que lleva adelante esta semana su 2° Campaña de Información y Concientización ITS, consideradas un problema de salud a escala global.

Algunas ITS son fácilmente curables si se detectan y se tratan a tiempo, lo que evita consecuencias graves para la salud.

Como su nombre lo indica, las ITS son infecciones que pasan de una persona a otra durante una relación sexual (vaginal, anal u oral), aún sin penetración, a través de sangre, semen, fluido vaginal.

Las infecciones pueden ser producidas por virus, bacterias y parásitos. Las más frecuentes son: sífilis, gonorrea, clamidia, el Virus del Papiloma Humano (VPH), herpes genital, tricomoniasis, Hepatitis B y C y el VIH.

Afectan a todas las personas, varones y mujeres, de cualquier edad y orientación sexual. Como no generan inmunidad una vez contraídas, una persona puede adquirir reiteradas veces una misma infección.

Los especialistas enumeran una serie de factores que estarían contribuyendo al incremento de casos en los últimos años, entre ellos: el aumento de las prácticas de riesgo, como el uso de aplicaciones para citas, el consumo de drogas legales e ilegales y, especialmente, la reducción de las medidas de protección durante las relaciones sexuales.

“Este cambio de tendencias coincidió con la mejoría en el pronóstico de las personas con VIH tras la introducción del tratamiento antiretroviral de gran actividad (TARGA), que parece haber llevado a una cierta relajación en las medidas de prevención”, sumó, consultada por Clarín, Viviana Leiro, jefa del servicio de Dermatología del Hospital Muñiz.

Aunque las ITS no siempre se presentan con síntomas, los más frecuentes son lastimaduras en la zona genital, anal u oral con o sin dolor; secreciones de pus en los genitales (vagina y pene) o en el ano; ardor al orinar; flujo genital u anal diferente al habitual; manchas en la piel; verrugas en los genitales (vagina y pene) o en el ano, e inflamación de ganglios.

Las ITS pueden no dar síntomas, sobre todo en las mujeres. Por eso, en ocasiones solo se detectan en el examen ginecológico, urológico, proctológico o con estudios de laboratorio.

"Hacerse pruebas es la única forma de saber con seguridad si alguien tiene una ITS o no. Hacerse exámenes periódicos también protege, permite saber con seguridad si se tiene una ITS o no y recibir el tratamiento adecuado para mantenerse saludable y evitar contagiar a otras personas", subrayan desde la SAD.

Asimismo, destacan que es importante comunicar a la pareja el diagnóstico de una ITS. Y, en caso de embarazo, es importante que ambos progenitores se realicen los análisis.

El Boletín N° 39 hace foco en tres de las ITS bacterianas más frecuentes en Argentina y el mundo: sífilis, gonorrea y clamidia.

"Los grupos etarios más jóvenes, entre 15 y 24 años, continúan presentando los valores más altos y los mayores crecimientos tanto en notificación como en positividad, salvo en el caso del VIH (donde las edades son más elevadas)", destaca el documento.

"Si bien se observa una preponderancia en la notificación de mujeres, esto obedece en parte a la distribución de las infecciones y en parte a su mejor acceso al diagnóstico y atención, por lo que es fundamental promover estrategias que mejoren el acceso de los varones al sistema de salud."

La sífilis es una infección producida por la bacteria Treponema pallidum (TP), que se transmite fundamentalmente por contacto sexual y vertical (durante el embarazo o el parto). Su evolución se divide en varias etapas: primaria, secundaria, serológica o latente y terciaria.

Una pequeña llaga o úlcera llamada chancro es su primera manifestación. Suele aparecer en la boca, el ano, el pene o la vagina. “En general es indolora y se cura sola, por lo que a veces el paciente no consulta -o consulta y lo diagnostican mal-, no hace el tratamiento correcto y la enfermedad avanza, por más que las lesiones se vayan. Aún sin síntomas, en esta etapa la infección se transmite", explicó Leiro al diario Clarín.

A través del torrente sanguíneo los treponemas pueden diseminarse por todo el cuerpo, lo que da inicio a la etapa más “florida” de la infección, la secundaria, denominada “la gran simuladora” porque puede presentarse de las formas más variadas, con aparición de manchas distribuidas en distintas zonas del cuerpo, frecuentemente en palmas de las manos y planta de los pies, mucosas de boca y genitales. También con verrugas en los genitales (vagina y pene) o en el ano; caída del cabello e inflamación de los ganglios y hasta faringitis, entre otras manifestaciones.

Si no se trata la infección, las lesiones -en el caso de que las haya- desaparecen espontáneamente y la infección permanece “dormida” durante un buen tiempo, sólo detectable a través de pruebas de laboratorio.

Varios años después sobreviene la etapa terciaria, cuyos síntomas pueden incluir dificultad de movimiento de brazos y piernas, parálisis, entumecimiento, ceguera y enfermedades del corazón. De uno a cuatro pacientes no tratados pueden padecer neurosífilis en cualquiera de las etapas de la enfermedad.

“En caso de sífilis congénita puede haber muerte fetal o el recién nacido nacer gravemente enfermo o muerto”, advierten desde la SAD.