Después de que la contaminación volviera a quedar expuesta tras la tormenta de la semana pasada en la desembocadura del arroyo Ludueña, en la zona norte rosarina, la Municipalidad envió el sábado a una cuadrilla de la Dirección de Higiene Urbana a recoger los plásticos y desechos cloacales que obstruyeron el canal para que las embarcaciones puedan volver a navegar en el río Paraná: se sacaron unas 100 bolsas de consorcio llenas de botellas, unos 7 metros cúbicos.

“Por suerte sacaron gran parte de la basura, pero sería bueno que lo hagan más seguido. Despejaron bastante el arroyo de basura, quedaron los camalotes. Ya se pudo volver a navegar, aunque salió una sola lancha”, destacó Oscar Insaurralde, quien oficia de mantenimiento, bajada y subida de embarcaciones del club Náutico.

Las tareas de limpieza se realizaron alrededor de las 15 en las inmediaciones del Club Amistad Marina (Av. Carlos Colombres 1002). Allí se sacó “el equivalente a dos contenedores de basura”.

Si el nivel de las aguas es bajo, hay camalotes que ofician de tapón y la desembocadura se transforma en una serie de islotes que rodean a todas las embarcaciones, y la atmósfera es irrespirable por el hedor que emana, contaminando el ambiente en pleno barrio Arroyito.

Esto pasa cada dos o tres meses, periódicamente, dependiendo de la corriente del arroyo, y los vecinos y deportistas náuticos se quejan porque no hay políticas de soluciones a mediano y largo plazo.

Voceros de Ambiente municipal destacaron que se avanza en “la colocación de una barrera de contención para evitar que los desechos vayan a parar al canal principal del río Paraná, y el armado de una plataforma que permita la limpieza manual de la costa del Ludueña”.

Esto se realizará, aunque aún sin precisiones de cuándo, “en la desembocadura, saliendo del entubamiento, que es donde el arroyo nos permite limpiar”, precisó un vocero de la mencionada cartera. A dos semanas de ocurrido lo mismo, socios del Club Náutico Malvinas Argentinas reclamaron enfurecidos por una solución, en lo inmediato pero también a largo plazo, ya que saben que el amontonamiento de desechos cloacales y residuos ocurre luego de cada lluvia intensa y el viento del este o sur cambia el torrente turbio del agua, estancando los desechos en el Ludueña.

El pasado sábado 17 de junio, bajo el mismo panorama de estancamiento de residuos pluviales, se realizaron tareas de saneamiento en el sector de amarras del Puerto Naútico Ludueña. Allí una decena de trabajadores recolectaron residuos diseminados en ambas márgenes del arroyo, y desde el agua con embarcaciones.

En total, en ese entonces se juntaron 25 toneladas de desechos entre los que predominaron plásticos, descartables, vidrios, nylon y ramas. Los residuos recolectados fueron sometidos a un estudio de caracterización para determinar su composición y orígenes a fin de garantizar su correcta disposición final y tratamiento adecuado. El problema de la contaminación de los cursos de agua se agrava año a año. Según cifras oficiales, 13 millones de toneladas de plástico terminan en cursos de agua cada año, poniendo en riesgo los ecosistemas. Estos residuos no pueden ser asimilados por la naturaleza, y solo un porcentaje muy bajo se ha reciclado.

Los plásticos, principal material encontrado en el río, son hoy objeto de debate global, al igual que el modelo de producción y consumo que lleva a comprar y descartar a un ritmo cada vez más acelerado.