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22:52:51 24/05/2023

Amenaza de presos de alto perfil al Servicio Penitenciario en la nueva balacera a una escuela

La saga de balaceras y amenazas a escuelas tuvo un nuevo episodio en la noche de este martes cuando el complejo educativo Rosa Ziperovich, ubicado en Empalme Graneros, fue blanco de un ataque armado. Es la segunda vez que la institución es baleada, pero en esta ocasión hubo un mensaje claro que deja ver un posible trasfondo. En la escena del hecho fue hallada una nota con un mensaje amenazante destinado a directivos de la cárcel de Piñero, donde están alojados presos de alto perfil vinculados a bandas narcocriminales.

"Dejen de verduguear a las visitas de los alto perfil porque vamos a seguir matando gente. Quieren tranquilidad en Rosario ubiquen al personal de ustedes. La mafia", decía el mensaje hallado, que también mencionaba a cuatro funcionarios del ámbito penitenciario. El ataque, entonces, se inscribe en una serie de reclamos de reclusos que en otras ocasiones también hicieron llegar de manera violenta pero contra sedes del Servicio Penitenciario. Al parecer, en un contexto de conmoción pública por hechos de inseguridad en escuelas, que esta vez cambiaran de blanco no fue casual.

"Lo hicieron ahí porque una escuela es algo emblemático", aseguró una fuente penitenciaria. Además indicó que fue en esa escuela particularmente porque está en la zona de influencia de la persona sospechada de estar detrás del ataque.

Los presos de alto perfil son los considerados líderes o eslabones importantes de bandas narcocriminales. En su mayoría son imputados o condenados como miembros de asociaciones ilícitas que cometen extorsiones, balaceras y homicidios en el marco de sus actividades vinculadas al narcotráfico. En la cárcel de Piñero hay tres niveles de presos de alto perfil.

Las investigaciones sobre estas bandas dan cuenta de que las decisiones se toman en las cárceles y que desde allí se organizan y planifican las distintas actividades delictivas que luego se ejecutan en la calle. El principal medio para sostener esta dinámica es el uso de celulares, y en menor medida el contacto con las visitas, lo que en más de una ocasión provocó críticas a los controles del Servicio Penitenciario.

Con el aumento de las extorsiones ordenadas desde las cárceles que se registró desde 2020, así como con el crecimiento de la violencia por disputas entre bandas que llevó a un récord en la cantidad de homicidios, el Servicio Penitenciario tomó algunas medidas. Entre ellas el proyecto de instalación de un nuevo sistema de control de ingreso de elementos prohibidos a las prisiones, como lo fue en marzo pasado primero en las cárceles de Las Flores y Coronda y luego en Piñero.

"A partir de la instalación del body scanner y el detector de metales estamos sufriendo muchas presiones internas y externas. Fundamentalmente lo que tiene que ver con Piñero", aseguraron desde el Servicio Penitenciario. "No entran drogas ni celulares, eso no es gratuito", agregaron.

En ese contexto surgió un dato: en una de las últimas visitas a un preso de alto perfil secuestraron cuatro celulares. De este recluso es que se sospecha que puede estar vinculado a la balacera contra el complejo educativo Rosa Ziperovich

En este contexto hubo otros episodios violentos con foco en el Servicio Penitenciario, aunque sean hechos de menor impacto público que las balaceras contra escuelas. Sin ir más lejos el 17 de mayo por la noche la oficina del Asuntos Penitenciarios, ubicada en Pellegrini y Alsina. Fue la séptima ocasión en los últimos dos años que este lugar es atacado a balazos.

Antes de aquella ocasión, la oficina había sido baleada el 10 de enero y el 12 de octubre de 2020, el 22 de septiembre de 2021 y el 24 de enero, el 10 de mayo y el 29 de diciembre de 2022.