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20:31:59 22/05/2023

Fiscalía busca identificar al autor de los mensajes de WhatsApp a la directora de una escuela

La directora de la secundaria Nº 411 Leónidas Gambartes, de Paraguay al 1200, recibió el domingo a la noche un mensaje a su teléfono celular. Desde un número desconocido le advirtieron que a la mañana siguiente no debía haber alumnos en la vereda de la institución, caso contrario el lugar sería blanco de una balacera. Por ese motivo debieron suspenderse las clases en esa escuela y en otra lindera. Más allá de la gravedad de la situación, la amenaza no se tomó como un hecho aislado sino que se relaciona a una serie de episodios violentos alrededor de distintos establecimientos educativos de la ciudad.

Desde la Fiscalía Regional indicaron que la Unidad de Flagrancia ordenó a la Agencia de Investigación Criminal (AIC) para la toma de testimonios y otras medidas a fin de intentar identificar al remitente de las amenazas. En ese marco explicaron que, de acuerdo a cómo avance la investigación, se analizará la asignación de una unidad especializada. Mientras tanto, este lunes tanto la secundaria Leónidas Gambartes como la primaria Mariano Moreno, ubicada en el edificio lindero, suspendieron el dictado de clases.

Dado los feriados del jueves y el viernes próximo, Gabriela Andrade, directora de la secundaria Leónidas Gambartes, tenía planificada una semana corta en la escuela céntrica. No había ninguna otra particularidad, por lo cual para el lunes se esperaba una jornada normal. Pero cerca de las 23 del domingo la mujer recibió a su teléfono celular dos mensajes de WhatsApp de parte de un número desconocido. Era una amenaza que advertía la posibilidad de una balacera contra los estudiantes si este lunes por la mañana había movimiento en la puerta de la escuela.

Con mucho temor Andrade se comunicó con la supervisora de la institución y a partir de ahí con autoridades del Ministerio de Educación de la provincia. Por consejo de familiares además hizo la denuncia al 911, lo que dio inicio a una serie de medidas investigativas que se extendieron hasta las 4 del lunes. La sugerencia de la policía fue que se suspendieran las clases, por lo cual la directora se puso en contacto con su par de la escuela primaria Mariano Moreno, que funciona en un edificio lindero, para tomar la decisión de manera coordinada.

En las dos escuelas la amenaza se tomó como un acto de suma gravedad que pone en riesgo la integridad tanto de los alumnos como del personal docente y no docente. Una situación que en la misma zona ya se había vivido a fines de abril cuando la fábrica de pastas Morano, con local frente a ambas escuelas, había tenido que cerrar también por amenazas y extorsiones. En ese marco, por la preocupación que generó que el comercio estuviera cerrado y con custodia policial, las autoridades escolares habían tomado la decisión de no poner faltas a los alumnos que no acudieran a clases por decisión de sus padres.

Con las amenazas recibidas por la directora de la escuela Leónidas Gambartes la preocupación aumentó en un contexto en el cual otras escuelas de la ciudad fueron blanco de amenazas en las últimas semanas y meses. El docente Gustavo Trungelliti, delegado del gremio Amsafé Rosario, analizó la amenaza en ese sentido. "Lo más grave en una sociedad es cuando se empiezan a tocar los espacios públicos, sobre todo las escuelas. Estamos tocando fondo", indicó.

En el presente que atraviesa Rosario en cuanto a la violencia urbana y los distintos episodios ocurridos en escuelas, y que llevaron a que distintas instituciones suspendan días de clases, nadie cree que las amenazas del domingo hayan sido una travesura. "Más allá de si es una falsa amenaza o no, porque eso a nosotros no nos incumbe pensarlo, tenemos que exigir seguridad para los chicos y el personal", sostuvo el docente.

"Las autoridades de los organismos competentes tienen que tomar cartas en el asunto de manera inmediata. Es necesario que los directivos tengan la capacidad e independencia para poder actuar y no estar tan atados a la burocracia", analizó Trungelliti. "Es un punto de inflexión, esto viene pasando en los barrios y ahora en una escuela del centro. No da para más", agregó.