La ceremonia de coronación del rey Carlos III, sucesor de Isabel II en el trono británico, tendrá lugar el próximo sábado 6 de mayo, a ocho meses de la muerte de la ex soberana y el mismo día en el que también será ungida la reina consorte Camilla. Se espera que sea un evento multitudinario, cuyo costo superará los 120 millones de dólares.

La coronación será transmitida en vivo por la televisión del Reino Unido a las 10.20 de la mañana (hora local) de ese sábado, y tendrá lugar en la Abadía de Westminster, histórico lugar en el que se celebran estas ceremonias desde la coronación de Guillermo I en 1066.

Aunque el Palacio de Buckingham no oficializó el monto exacto que se destinará a la ceremonia, el comité de la Operación Golden Orb (encargado de la organización) estima que costará alrededor de 100 millones de libras, es decir, casi 125 millones de dólares, una cifra que también calculan distintos expertos, según consignó el diario The Times.

Se estima que la coronación de la reina Isabel II costó, en 1953, cerca de 1,57 millones de libras, el equivalente a 46 millones de libras actualmente, por lo que en esta ocasión se gastará más del doble. 

Según indicó una fuente de la organización al diario The Sun, "las estimaciones para el rey Carlos son el doble debido a cuestiones como la seguridad, que no eran un problema tan importante en ese entonces".

El dinero se gastará en los distintos arreglos, conciertos, ceremonias, actos secundarios, y en el importante operativo de seguridad que se desplegará. Habrá 2.000 invitados, un número muy inferior al que hubo en la coronación de Isabel II hace 70 años, cuando asistieron 8.000 personas.

El evento contará con la participación de grandes artistas de la música contemporánea como Katy Perry, Andrea Bocelli y Lionel Ritchie.

La cifra se conoce en medio de una fuerte crisis en Reino Unido, marcada por las reiteradas protestas de trabajadores del sector público y privado y una inflación con niveles históricamente altos.

En ese marco, una encuesta de la consultora YoungGov reveló que más de la mitad de los británicos (un 51%) opina que la ceremonia no debería ser financiada por el Estado. A su vez, el 32% se expresó a favor, mientras que el 18% restante prefirió no expresarse al respecto.

Entre los jóvenes, uno de los grupos sociales más afectados por la crisis económica, los porcentajes de rechazo son aún más amplios y alcanzan el 62% en quienes tienen entre 18 y 24 años, contra un 15% que considera acertado que se financie con aportes de las arcas públicas.