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20:25:45 24/04/2023

Desvalijan tres días seguidos un merendero a 4 cuadras del barrio qom Los Pumitas

"Comenzaron a robar el viernes, continuaron el sábado y se llevaron lo último el domingo a las seis de la tarde. No quedaron sillitas, ni mesas ni vajilla. Los chicos ahora se sientan sobre ladrillos, bajo un árbol, y toman la merienda en vasitos de yogurth que les lavamos". La triste postal de lo que quedó del merendero denominado "Nidos" por los vecinos y ubicado en el asentamiento de Cullen y Garzón, lo describe la docente y fundadora del espacio Mariana Segurado.

El robo de seis chapas, tirantes, plasticor, cemento, platos, vasos, tazas, mesitas y sillas se dio, parece una ironía, a cuatro cuadras nomás del barrio Los Pumitas, donde hoy hay gendarmes tras el asesinato de Máximo Jerez, un nene de 11 años que el 4 de marzo pasado fue víctima de balas de vendedores de drogas.

Pero la presencia de las fuerzas de seguridad no parece disuadir el robo de pobres contra pobres, ni se aprovecha para limpiar de yuyales y basura el barrio, de agua podrida las zanjas o poner luz. Las voluntades electorales no llegan a esa zona de la ciudad, pleno Empalme Graneros: un basurero a cielo abierto, con chicos que revuelven basura y caballos y perros tan sueltos como las balas.

El proyecto Nidos (en realidad es la palabra que se forma con la denominación de la ONG, Núcleos Inclusivos de Desarrollo Optimo Sustentables" asiste a 200 familias donde 130 son niños. Siete personas, Asegurado, más una psicóloga y las cocinaras, brindan la merienda tres veces a la semana, dos veces a la semana dan cena en tuppers para que cada familia lleve a su casa y los domingos sirven desayuno y se hace actividad deportiva. Cuentan con el Plan Cuidar (municipal) que aporta un docente para refuerzo escolar de los chicos y el Santa Fe Más (provincial) con el que realizan talleres de carpintería, panificación y herrería. No reciben aportes de Nación.

"Nosotros estamos en el corazón de la villa, acá no pasan autos ni camina nadie, estamos a oscuras, por eso nuestro empeño por trabajar y cambiar la realidad de los chicos que vienen desde que gatean hasta que les da vergüenza pedir comida, alrededor de los 16 años. Acá los chicos empiezan a consumir desde los 7 años, poxi, querosén y queremos dar una oportunidad distinta", dice Segurado, quien no deja de lado a los adultos y adultos mayores al decir que también a ellos se les da comida y se planifica actividad en los talleres de carpintería.

A partir de hoy, que ya está radicada la denuncia, el merendero espera que los funcionarios de los distintos niveles del Estado se comuniquen para rearmar el espacio de contención que siguió activo "más allá del saqueo que sufrimos", remarcó Segurado quien evocó al nombre de la ONG para repetir que "el sentido del trabajo es trabajar en núcleos, de poca gente para mejor seguimiento y conocimiento de la realidad, de manera inclusiva a todas las edades e incluso a personas con discapacidad y apelando al mejor desarrollo de cada uno.

El teléfono de Segurado es 0341-153221470 y lo brinda para funcionarios y personas que puedan donar vajillas, herramientas o materiales de construcción, como la que les robaron y con la que estaba planificando tener un aula para informática, para los chicos.

Segurado perdió a su único hijo de 23 años hace un año en un accidente de tránsito, pero realiza el duelo trabajando para otros. Es una mujer con quince años de docencia en doble turno en dos escuelas qom.

"De primero a séptimo, porque en las escuelas de estas comunidades tratamos de acompañar a los chicos en todo el proceso escolar, porque les gusta quedar ligados con quienes hacen lazos cercanos y pueden hablar", comentó.

A esa actividad suma el trabajo en el asentamiento, incluso los fines de semana.

"Siempre tuvieron problemas de rendimiento escolar los chicos de acá, pero en la pandemia eso empeoró y organizamos una radio. Acá tratamos de darle la oportunidad de que estudien y terminen su escuela, también los adultos, en una especie de escuela no formal, para los que no terminaron la primaria y quieren seguir la secundaria", comenta sobre algunas madres con las que además de estudiar armaron un grupo de prevención de adicciones.