El 33,2 por ciento de la población del Gran Rosario era pobre a fines del año pasado y el 6,3 por ciento indigente, según los datos difundidos por el Indec. El sacerdote Fabián Monte, vicepresidente de Cáritas Rosario, lamentó que la “inflación golpea a los que menos tienen”, y agregó que el tema de la pobreza y de la violencia "son los problemas que más aquejan al pueblo", por lo cual le advirtió a la clase política que "es tiempo de madurar".

El cura expuso su disgusto frente a los resultados de las estadísticas y los nulos resultados de las políticas económicas de todos los gobiernos nacionales.

Monte afirmó: “Siempre pasa lo mismo. Sabemos lo que va a venir, pero cuando llega nos sorprendemos y nos impacta. Cuando uno ve reflejada en números la realidad de todos los días, todo parece más impactante”.

Al ser consultado sobre qué evaluación o radiografía realiza Cáritas con relación a la pobreza en Rosario, el responsable de esa institución sostuvo: “La situación es casi matemática. Cuando hay inflación, crece la demanda de las personas que se acercan (a Cáritas) a solicitar ayuda más de lo normal. También es casi de manual: los que sufren los efectos del aumento de las cosas, son los sectores más humildes”, subrayó.

Monte remarcó que “desgraciadamente lo que más aumentan son los artículos de primera necesidad, entre ellos en primer lugar los alimentos como la verdura y la carne. Hay demandas que no son muy elásticas, y lo cierto es que se necesita más dinero para tener las mismas cosas que se necesitan imperiosamente. Entonces, la inflación repercute mucho más en las personas que menos tienen”.

Acerca de la grave situación social de Rosario, a la que se suma los índices de violencia extrema, el vicepresidente de Cáritas sostuvo: "La realidad nos lleva a reflexionar. Tenemos que tomar una decisión importante entre todos en temas como economía, pobreza, violencia, el narcotráfico que hay en la ciudad. Con la Iglesia participamos en el Foro por la Paz, junto a otras instituciones. Pero llegó el momento de plantear que si no hay diálogo entre los actores sociales, especialmente entre los partidos políticos, la solución está muy lejos. Eso es tanto en la cuestión de la violencia como en la economía, que son los mayores problemas que más aquejan al pueblo".

"Estamos en un año de elecciones. Es tiempo de madurar. Los que tienen la responsabilidad de gobernar deben dejar de lado las diferencias y tomar decisiones en forma conjunta. No puede ser que se peleen por las medidas que toman de un lado o del otro y dejamos a la gente a la deriva", añadió.