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20:25:43 24/02/2023

Ola de robos: la EPE sufre la sustracción de un cable de baja tensión por día

Las calles de la ciudad dejan una muestra más del impacto extremo en los denominados robos piraña. Según datos oficiales, los delincuentes se roban un cable de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) por día. Lo hacen a nivel subterráneo o simplemente a la altura de las veredas, aunque se han registrado casos de destrucción del cableado en las cabinas. A la hora de estimar las pérdidas, el cálculo promedio ronda los 80 mil pesos por cada ducto de cobre de unos dos metros de largo.

La estadística muestra una cara más de la Rosario vandalizada. Medidores de agua atacados, además de porteros eléctricos de los edificios, picaportes de bronce, placas y hasta bocas de tormenta.

La ciudad cuenta con 1.500 subestaciones transformadoras en servicio que proveen energía en baja tensión a toda la red domiciliaria, comercios e instituciones. Cada una de ellas trabaja en forma conjunta con el resto y es una parte fundamental de la red en baja tensión. En la actualidad, el daño patrimonial se sufre en profundidad en el casco céntrico, pero también en algunas barriadas. Particularmente, en las subestaciones que no son aéreas sino que cuentan con cableado subterráneo o a nivel. De fácil acceso para una persona que no debe treparse ni usar escaleras. Así, todo lo que esté al alcance queda a merced de los delincuentes: el botín incluye las denominadas esquineras o cajoneras de la EPE.

El cable neutro es el más vandalizado y juega un rol fundamental para impedir sobretensiones en las redes de baja tensión. Además es la conexión a tierra, no tiene corriente y tiene unos 120 milímetros de espesor.

Por ello es un objeto preciado para el robo piraña, por su facilidad a la hora de sustraerlo y por el cobre que tiene alojado. Dos metros de cable neutro promedian los 80 mil pesos en reposición para la EPE. La estadística es abrumadora: se roban a razón de un cable neutro por día en las calles rosarinas, es decir más de 300 al año, lo que perjudica el servicio y sobrecarga al personal para la reposición del material.

Así fue durante el año pasado. Dos metros promedio de cable neutro robado de 120 milímetros cada 24 horas.

En la actualidad, es el sector donde mayor vulnerabilidad existe, pero en la periferia también se vandalizan subestaciones aéreas y transformadores. Algo más riesgoso que la depredación a nivel vereda, al violentar sectores de acceso al cableado.

El resultado: usuarios sin servicio, como ocurrió el pasado 17 de este mes, cuando se robaron tres a lo largo de esa jornada. Estos dos metros promedio del neutro robado pueden pesar un kilo. El deterioro en la calidad de la tensión produce daños en equipos, en electrodomésticos y en el servicio en general.

También se han producido hurtos con otra metodología. De las 1.500 subestaciones transformadoras, hay 450 que están en recintos cerrados accesibles desde la vía pública y que tienen candado y con cartelería de la EPE. Los ladrones ingresan a las cabinas forzando la cerradura y se llevan el conductor que vincula el neutro de baja tensión con el tablero del transformador. Allí se han robado cables que pesan de 6 a 8 kilos y no portan tensión eléctrica.

Pero si se buscan antecedentes también han existido casos de sustracciones de transformadores y pérdidas de tendidos de media tensión.

¿Adónde va todo el cobre? Días atrás, autoridades aduaneras y de la Afip mostraron su sospecha en el paso fronterizo de Puerto Iguazú con Paraguay cuando, al inspeccionar el baúl de un auto que quería cruzar en balsa junto a 8 rodados, se encontró una llamativa cantidad de 8 toneladas de cables de cobre y 10 toneladas de plomo en bloques.

El hallazgo de montones de caños de cobre originó una causa por presunto contrabando que recayó en el juez federal de Eldorado, Miguel Angel Guerrero. Sus pesquisas suponen que el “negocio” se originó en Rosario ante el creciente robo de cables. Principio y fin de una cadena que pone en foco a corralones, chatarreros y desarmaderos. En noviembre de 2021, la Secretaría de Control municipal había secuestrado 160 kilos de cobre y clausuró una chatarrería en Seguí al 3300.

Todo ello, como consecuencia de las denuncias realizadas por el incesante robo de materiales en cables de la EPE, y medidores de Aguas Santafesinas (Assa) y de Litoral Gas. Una semana después, secuestraron otros 26 kilos en una chatarrería de Villa del Parque al 3100.

En 2019 se pudo detener a la banda de “Los topos”, una gavilla que, simulando ser una cuadrilla de reparaciones eléctricas, utilizaba camiones y camionetas con un sistema mecánico que enrollaba los cables y los vendía en distintos locales del rubro.

 

Fuente: La Capital