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20:02:38 24/02/2023

El río Paraná repunta y puede arrancar marzo por encima de los dos metros

Tras más de dos meses, el nivel del río Paraná en Rosario volverá a situarse por encima del límite de aguas bajas, estipulado en 2,40 metros. Según estimaciones del Instituto Nacional del Agua, las mediciones centrales para la semana del 7 de marzo podrían llegar a ser de 2,55 metros, a pesar de que la condición de bajante continúa por cuarto año consecutivo y es la más prolongada en el tiempo desde 1884, cuando el INA comenzó a tomar registros. En ese marco, desde el organismo nacional explicaron qué condiciones deben darse para salir de este escenario.

Luego de un final de 2022 auspicioso para el río Paraná, ya que el nivel del río llegó a estar por encima de los tres metros hacia mitad de noviembre, llegó un nuevo descenso abrupto en los registros que Prefectura toma a diario en Rosario. Si bien desde el INA aclararon que no se iban a volver a ver mediciones negativas como ocurrió en el verano pasado, a mitad de enero de este año el río llegó a estar muy cerca: el 16 de enero se registraron solo 4 centímetros luego de que, durante las dos primeras semanas del 2023, el nivel bajó casi un metro y medio.

Desde entonces, el aumento del nivel fue progresivo e incluso experimentó algunos leves descensos confirmando el escenario de bajante, pero su incremento se sostuvo. Para los próximos días, la tendencia del río Paraná a la altura de Rosario es oscilante en ascenso hacia aguas medias bajas o aguas medias, según informó el INA.

De esta manera, el pronóstico indica que para la semana que viene se espera un nivel central de 2,21 metros, con un mínimo de 1,85 metro y un máximo de 2,60 metros. Por su parte, para la primera semana de marzo se anticipa un nivel central de 2,55 metros, con un nivel mínimo de 2,20 metros y un máximo de 2,90 metros. En el mismo informe, remarcaron que teniendo en cuenta “la perspectiva meteorológica y los caudales previstos desde la alta cuenca, los niveles continuarán en ascenso hacia aguas medias”.

A mediano plazo, desde el organismo adelantaron, en su informe semanal sobre la situación de la bajante, publicado el miércoles, que frente a Rosario se esperan alturas medias promedio de 2,34 metros para marzo y de 2,01 metros para abril.

Las previsiones del INA, desde principios de año, indican que el camino hacia la normalización en los niveles frente a Rosario comience a darse a partir de la segunda mitad del otoño, con condiciones de aguas bajas normales y estables, alrededor de dos metros y medio.

El río Paraná sigue en condición de bajante, a pesar de los repuntes que viene experimentando desde noviembre, con la excepción del tramo entre mitad de diciembre y mitad de enero.

En su informe, el INA remarcó: “Si bien las condiciones son, en general, mejores que las observadas en los últimos tres años, la perspectiva climática aún no permite definir un límite temporal del escenario de aguas bajas iniciado en marzo de 2020”.

Consultado sobre qué factores deben darse para salir del escenario de bajante, el subgerente de Sistemas de Alerta Hidrológico del INA, Juan Borús, explicó que, en primera instancia, se deben normalizar el patrón climático y la condición hídrica de los suelos.

Haciendo hincapié en la gradualidad, detalló: “La normalización del patrón climático debe darse, especialmente, en la región formadora de los grandes ríos, en la llanura pampeana y donde las lagunas se secaron”.

“En principio, esa normalización la vemos en las nacientes de los ríos Paraná y Paraguay. Pero yendo más al sur, sobre el Litoral, lo ideal es que la frecuencia de eventos se normalice. Actualmente, las lluvias son dispersas, erráticas; no hay un frente de lluvias que avance y que a la semana venga otro. Y todavía no está claro cuándo va a normalizarse esa frecuencia”, agregó.

Borús dijo que después de esto, se debe normalizar la condición hídrica de los suelos para que se produzcan excedentes de las precipitaciones que vayan a los ríos.

Como última instancia para salir del escenario de aguas bajas, agregó: “Los niveles en los caudales que entran a territorio argentino se deben estabilizar en valores dentro de la franja de oscilación normal”.

“La mejora es gradual, y esa gradualidad se da con escalones. Las lluvias que se dieron en octubre, con la crecida importante en Iguazú que no se daba hacía ocho años, fue un escalón”, explicó, para concluir: “La crecida que estamos viendo ahora es otro escalón más que responde a los excedentes de las lluvias en la alta cuenca del Paraná. Con estos escalones, las probabilidades de tener niveles extremadamente bajos es cada día más baja”.