Las autoridades mexicanas capturaron a Ovidio Guzmán, uno de los hijos del detenido Joaquín “El Chapo” Guzmán, en un operativo que generó como represalia de los narcos incendios, bloqueos de rutas y ataques indiscriminados en la ciudad de Culiacán, la capital del estado de Sinaloa, en el noroeste de México.

Guzmán fue detenido por el Ejército y la Guardia Nacional bajo cargos de liderar la fracción “Los Menores”, del Cártel del Pacífico (o Cártel de Sinaloa) y es “hijo de Joaquín Guzmán Loera”, El Chapo, condenado a cadena perpetua en Estados Unidos, detalló el secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval.

Apenas fue capturado, Guzmán fue llevado en un avión de la Fuerza Aérea a Ciudad de México. Ovidio dirigía junto a sus hermanos Iván Archivaldo y Alfredo una facción también conocida como “Los Chapitos’’ que adquirió relevancia tras la detención de El Chapo en 2016. Conocido como “El Ratón’’, es buscado por las autoridades estadounidenses por distribución de cocaína, metanfetaminas y marihuana en ese país desde 2008.

La operación se hizo a más de tres años de una captura fallida de Ovidio Guzmán, el 17 de octubre de 2019, también en Culiacán y que supuso una humillante derrota para las fuerzas policiales mexicanas porque liberaron al narcotraficante después de que el cártel de Sinaloa sitiara la ciudad y el cuartel policial donde estaba detenido el joven narco. Los narcos tomaron toda Culiacán y amenazaron dar muerte a todos los policías que se hallaban en el cuartel si no liberaban a Ovidio. Por orden directa del presidente Andrés Manual López Obrador, el joven criminal fue liberado. El mandatario defendió entonces su decisión con el argumento de que se evitó un baño de sangre.

Fue una derrota difícil de olvidar para el Estado mexicano y sus fuerzas de seguridad. Ahora, para evitar un episodio similar, Ovidio fue evacuado de inmediato por vía aérea a Ciudad de México.

Pero esto no evitó la furia y la represalia violenta de sus narcos. Los tiroteos entre criminales y fuerzas de seguridad ocurrieron en casi toda la ciudad de Culiacán, capital del estado de Sinaloa y se extendieron al aeropuerto de la ciudad. Las autoridades ordenaron el cierre de todos los comercios, escuelas y demás instituciones. Las calles de Culiacán, como hace tres años, se convirtieron en un campo de batalla, con decenas de vehículos que ardían, bloqueos (llamados acá “narcobloqueos”) y continuas ráfagas de ametralladora que resonaban en la ciudad.

Las operaciones en la terminal aérea fueron suspendidas, después de que un avión de línea de pasajeros recibiera un impacto de bala momentos antes de despegar, aunque sin que se registraran heridos, informó la empresa Aeroméxico. Además, fueron suspendidas las clases en las escuelas y un partido de la liga profesional de fútbol. Hubo incidentes en un penal donde permanecen detenidos varios narcotraficantes.

Anoche, canales mexicanos reportaban el asesinato de un coronel del ejército, así como de cuatro uniformados más.

Tras registrarse bloqueos de calles y rutas y balaceras en Culiacán y la ciudad cercana de Los Mochis, desde el gobierno federal informaron que “fueron cercados objetivos prioritarios”, entre ellos Ovidio Guzmán. Varios vehículos de carga y automóviles ardían en calles de la ciudad, donde se registraron escenas de pánico entre personas que buscaban lugar para protegerse.

El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, dijo que la operación de las fuerzas armadas “ha dado lugar a algunos eventos violentos en la capital y otros lugares del estado”, señaló en Twitter.

Tras el operativo, el secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, Cristóbal Castañeda Camarillo, pidió a la población permanecer en sus domicilios. En tanto, la embajada de Estados Unidos en México alertó a ciudadanos estadounidenses sobre los hechos y recomendó evitar viajar a la zona.

La captura de Ovidio Guzmán ocurre días antes de la llegada del presidente estadounidense Joe Biden, que el lunes visitará México para la Cumbre de Líderes de América del Norte. Estados Unidos pidió la extradición de Ovidio Guzmán por ser uno de los líderes de su propia célula criminal, dentro del entramado del cártel de Sinaloa. Ovidio Guzmán y su hermano Joaquín “El Güero” lideran y controlan las operaciones de tráfico de drogas de una célula del cártel. Ambos están acusados de “conspiración para traficar cocaína hacia Estados Unidos”, en una corte del Distrito de Columbia, por lo que se mantiene una solicitud de extradición.

El cártel de Sinaloa es considerado por la agencia antidroga estadounidense DEA como el principal responsable del tráfico de fentanilo, una droga 50 veces más potente que la heroína y que causa numerosas muertes por sobredosis en EEUU.