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11:19:24 18/12/2022

Los robos de neumáticos y baterías se multiplican en la ciudad

Ante el aumento del precio y la falta de entrega de los repuestos, cada vez aparecen más casos de robo de autopartes. Los más buscados son neumáticos y baterías, y muchas veces los atracos se cometen mediante el uso de inhibidores que anulan las alarmas. Las aseguradoras dicen que la modalidad ha crecido un 250% en el último año, pero también aparecen más hechos de fraude: estiman que uno de cada tres es un invento de un cliente desesperado por conseguir el dinero o el repuesto.

Desde Seguridad apuntaron que casi no hay denuncias formales de este tipo de robo, solo algunas incidencias al 911, por lo que es difícil elaborar estadísticas. Pero un relevamiento de Vecinales Unidas por la Seguridad muestra que es un delito nómade: los casos aparecen de forma intermitente y por temporada en algunos lugares, hasta que se mudan. Abasto, Luis Agote, Ludueña, 25 de Mayo, Azcuénaga, Pichincha, Arroyito, Alberdi y República de la Sexta figuran como barrios en los que el robo de cubiertas y baterías se vuelve, por momentos, cosa de todos los días, y luego desaparece y se mueve a otro lado.

Entre las ocasiones que aprovechan los delincuentes, además de la madrugada cuando hay poco movimiento y está oscuro, se cuentan los estadios de fútbol, los entornos de boliches y salones de fiesta, los hospitales, los clubes, y hasta playas de estacionamiento de shoppings y supermercados. "Me robaron la rueda auxiliar de la Kangoo frente al Hospital de Niños Zona Norte. Había ido a la cancha, y me dijeron que es común que le pase a los que dejan los autos en la calle. Tienen más de dos horas para elegir qué se llevan", testimonió un vecino.

Pero no solo sustraen autopartes. Una mujer contó que en la zona de San Martín al 2000 le vaciaron el vehículo con este modus operandi. "Tengo una Kangoo y hago entregas a supermercados. Paré cinco minutos para visitar a un cliente, puse la alarma y, cuando volví, me habían sacado toda la mercadería. Perdí más de 100 mil pesos", lamentó. Lo mismo contaron algunos padres de la escuela Pompeya, en Mendoza y Matienzo: los ladrones calculan cuánto demoran en buscar a sus hijos para sacar sus pertenencias.

"Esto es una consecuencia de una situación que estamos padeciendo y en algún grado tolerando las aseguradoras. La situación económica, la falta de autopartes, la necesidad de contar prontamente con algunos elementos hace que la situación sea grave, y no se avisora una solución en el corto plazo. Creo que tiende a empeorar, porque las causas internas y externas no mejoran", analizó el productor asesor de seguros Jorge Antegiovanni.

Para los conocedores, no se trata solamente de una cuestión ligada al aumento del precio de los repuestos. La ausencia de autopartes o la entrega demorada a los automovilistas, en caso de faltante, hacen que en el mercado se produzcan este tipo de anomalías. Ese problema, compartido con otros rubros, también hace su parte.

"El crecimiento interanual, con respecto al último ejercicio contable medido, supera el 250 por ciento. Las causas son el aumento de la delincuencia, el costo que tienen los repuestos y la provisión anormal de los mismos. El delincuente, advirtiendo esta situación, sale a la calle en busca de esos elementos porque son fácilmente reducibles", dijo el cotitular de la organización Antegiovanni Seguros Generales.

Pero más allá de la mayor cantidad de hechos reales, también hay que destacar un crecimiento en el fraude. "Por supuesto es un tema que hay que tomar con prudencia, porque puede sonar antipático para muchos, pero los hechos fabricados han crecido no menos de 30 o 35%. Es una cifra altísima y, por supuesto, las aseguradoras se encuentran muy preocupadas", sentenció.

El crecimiento de estos dos factores, los robos y el fraude, fue lo que propulsó a que la Superintendencia de Seguros de la Nación permitiera a las aseguradoras que se encuentran bajo su normativa limitar la cantidad de eventos coberturables, especialmente en lo que se refiere a robo de ruedas. Muchas firmas han limitado, con distintas pautas, la cobertura de hechos ocurridos durante un período de vigencia en ese tipo de sustracciones.

"Esta situación constituiría un paliativo, porque las aseguradoras observan con datos estadísticos contundentes el crecimiento de esta modalidad, y por supuesto proyectan que, si no se detiene de alguna manera, crezca aún más ese porcentaje. Le hemos pedido que nos otorguen herramientas para mitigar esa pérdida, que ya se vuelve millonaria, en términos económicamente medibles", argumentó.

El fraude es un hecho que se denuncia y que nunca ocurrió, o lo hizo de otra manera. Es un falso testimonio, una mentira, y tiene como contrapartida un gasto para la aseguradora, porque, si no se detecta el fraude, la compañía tiene que pagar dentro de un plazo no mayor a 30 días o provisionar el neumático. De hecho, es muy difícil la detección del fraude y es muy costoso llegar a la verdad, porque hay que implementar investigadores que requieren un esfuerzo económico.

Algunas veces se detectan a través del protocolo que se activa de acuerdo a pautas internas que tiene cada aseguradora, mediante una breve investigación en la que se solicita una visita al asegurado, para que llene un cuestionario. Si contestan incongruentemente, de forma dudosa o no creíble, a veces se comprueba. "Pero en la mayoría de los casos de fraude se intuye y se observa, pero no se puede demostrar, por lo tanto la compañía tiene que proceder al pago o a la provisión de la rueda sustraída", manifestó el productor de seguros.

"Acá en el barrio es muy común el robo de baterías y de llantas. Nos han robado aun enfrente de la vecinal los autos de los profesores que dejan estacionados a la noche. En un segundo pasa alguien en un vehículo, levantan el capot y sacan la batería, la cargan y se la llevan”, contó Mara, de la vecinal 25 de Mayo, integrante de Vecinales Rosarinas Unidas por la Seguridad sobre la realidad de esa zona, en el radio de Santiago al 4700.

La referente afirma que tuvieron reuniones con un área del Ministerio de Seguridad especializada, y los comisarios de la zona, luego de las cuales hubo allanamientos en las chatarrerías que los vecinos denunciaron. “Pero mientras la normativa no exija a los chatarreros de Rosario que tengan un control sobre el origen de las autopartes que compran, esto no va a cambiar. Tiene que haber una regulación”, se quejó.

 

Fuente: La Capital