La Municipalidad de Rosario realiza estudios para determinar si es necesario actualizar las velocidades de calles y avenidas en función de los cambios en la movilidad de la ciudadanía. Las autoridades locales informaron que no se realizan mediciones desde 2018 y que las nuevas determinarán si es mejor, por ejemplo, disminuir las máximas de algunas zonas de la ciudad.

La secretaria de Movilidad del municipio, Nerina Manganelli, dijo que “la movilidad de la ciudad ha cambiado en función de los dos puntos principales de análisis: mientras que antes el auto era el actor principal, ahora la persona es central y por eso las políticas de planificación de las ciudad van en pos de resguardar al ciudadano”.

“Los desplazamientos que se venían realizando, han cambiado mucho con la pandemia cuando se eligieron modos más activos, como la bicicleta, el monopatín. La gente comenzó a bajarse del colectivo y empezó a usar mas el auto particular”, indicó la funcionaria municipal.

Luego añadió que tras la habilitación de nuevas ciclovías, el municipio decidió en algunas arterias bajar las velocidades máximas en 10 kilómetros para garantizar la seguridad de los ciclistas. Pero más allá de esas situaciones y cambios puntuales ahora con el regreso paulatino a la normalidad se busca poder analizar con mayor precisión el tráfico vehicular.

“Ya empezamos a medir en diferentes arterias. Terminamos de hacerlo en Avellaneda y ahora estamos en Rondeau. Hay que tomar mediciones de tiempo de viaje y a partir de ahí analizar los cambios”, expresó la secretaria de Movilidad municipal.

Además, dijo que para los estudios técnicos “se toma información de las espiras, que son aparatos colocados abajo del pavimiento con un sensor que puede contar cuántos autos pasan”.

Después de eso se toman las velocidades, se analiza la información en conjunto y se diagnostica para definir los cambios pertinentes. “Finalmente, si es necesario modificar la velocidad en cada arteria se va a cambiar también la cartelería correspondiente”, expresó Manganelli.