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21:09:05 05/07/2022

La fuga de Piñero no podría haber ocurrido sin los celulares dentro del penal

Claudio Javier "Morocho" Mansilla, el último de los presos evadidos de la cárcel de Piñero en ser recapturado, fue imputado por aquel recordado episodio ocurrido en junio de 2021 en el que ocho reclusos se fugaron del penal. En la misma jornada fueron imputados otros dos evadidos y reimputados los demás protagonistas de la fuga. "Hubo una inteligencia y organización previa importante para llevar a cabo esta fuga", dijo en conferencia de prensa el fiscal Franco Carbone, a cargo de la acusación junto a su par Aurelio Cicerchia. Además agregaron que la evasión no hubiera sido posible en caso de que los presos no contaran con celulares en el lugar de detención.

Luego de la caída de "Morocho" Mansilla, detenido en una casa de la ex Zona Cero el pasado 17 de junio por la Unidad Especial de Investigación de Crimen Organizado, esta semana se actualizaron las imputaciones a los protagonistas de la increíble fuga de la cárcel de Piñero. Además de Mansilla restaba que fueran imputados otros dos evadidos que habían sido recapturados, Daniel David Piscione y Martín Alejandro Cartelli. Los fiscales Carbone y Cicerchia imputaron a los tres los delitos de evasión agravada por el uso de armas de fuego y la portación ilegítima de armas de fuego de guerra.

En ese marco también fueron re imputados con los mismos delitos el resto de los reclusos recapturados: Ezequiel Romero, Alejandro Candia, Antonio Schmittlein, Joel Rojas y Sergio Cañete. En tanto, a Franco C., Rodrigo G. y Elisa A. se los imputó como coautores del delito de “favorecimiento doloso a la evasión agravado por el uso de armas en concurso real con portación ilegítima de arma de fuego de guerra”. Ella también fue imputada de “resistencia a la autoridad” por haber intentado escapar al volante del auto en el que iban los otros imputados.

Este martes los fiscales Carbone y Cicerchia brindaron una conferencia de prensa en la que explicaron que las reimputaciones se dieron en el marco de los resultados de pericias que estaban pendientes. En una de ellas, por ejemplo, se comprobó que una de las armas secuestradas a Cañete y Rojas al momento de ser recapturados, había sido utilizada en el enfrentamiento que los reclusos mantuvieron con los agentes del Servicio Penitenciario durante la fuga.

En la investigación surgió que además de las 3 personas que fueron imputadas por favorecer la evasión, es decir los civiles que apoyaron la fuga desde afuera, hubo más involucrados en la planificación. "Hay datos de otras personas que están en investigación todavía y no han sido identificadas", sostuvo Carbone. "Hubo una inteligencia y organización previa importante para llevar a cabo esta fuga", agregó el fiscal.

"La fuga no pudo haber ocurrido si no hubiesen estado los teléfonos celulares dentro del penal", indicó Carbone. En ese sentido explicó que se comprobó que Cañete, sindicado como organizador, se mantuvo comunicado con las personas que apoyaron la evasión hasta las 17.10, minutos antes de que se concretara la fuga. "Había una comunicación directa por parte de los internos dentro del penal y fue lo que facilitó la fuga", insistió el fiscal.

Por ahora, explicaron los investigadores, no hay sospechas concretas sobre connivencia o complicidad de agentes del Servicio Penitenciario en la fuga. "No está previsto investigar al Servicio Penitenciario. Hubo algunas autocríticas en cuanto a los protocolos de actuación, realizaron actuaciones en torno a corregir y evitar situaciones como las que sucedieron", explicó Carbone. “Hubo muchas falencias. Había cámaras que no funcionaban, los tejidos eran fáciles de ser franqueados. No había comunicación entre los centinelas o entre las garitas, cuya función es justamente proteger el predio", agregó.

Claudio "Morocho" Mansilla fue detenido a días de cumplirse un año de la evasión de la cárcel de Piñero. En el transcurso de estos meses el gobierno provincial hizo público el ofrecimiento de un millón de pesos de recompensa para quien proporcionara información tendiente a la captura de Mansilla. En ese marco se dijeron muchas cosas sobre su posible paradero. Una de las principales hipótesis fue que, gracias a sus contactos vinculados al comercio de drogas, podía estar escondido en Paraguay.

Sin embargo Carbone indicó que desde el MPA nunca tuvieron en cuenta esa posibilidad. "Lo de Paraguay nunca fue así, siempre lo supimos. La fiscalía iba trabajando distintas líneas investigativas", explicó el fiscal. En ese sentido remarcó que "posiblemente pudo haber apoyo de alguna fuerza de seguridad" que permitiera que Mansilla estuviera prófugo tanto tiempo.

Según la reconstrucción de la fiscalía, pasadas las 17 del domingo 27 de junio de 2021 cuatro personas llegaron a bordo de un Peugeot 3008 negro a las inmediaciones de la cárcel de Piñero. Llevaban amoladoras para cortar los alambrados y armas de fuego para resistir la fuga a los tiros. El conductor se quedó en el auto con las puertas y el baúl abiertos y los demás bajaron portando en total cinco armas. Al frente del grupo de refuerzo iba Walter Ezequiel Soraire, un joven de 29 años al que apenas conocían y que murió baleado al quedar expuesto en el cruce de fuego entre los delincuentes y los agentes del Servicio Penitenciario.

Cuando Soraire rompió el primer alambrado el grupo corrió más de 100 metros en paralelo al cerco perimetral a medida que iban superando a tiros las garitas de vigilancia desde las cuales los agentes intentaban responder a los tiros. Mientras tanto, los presos arrojaban piedras y escapaban del patio del pabellón 14 para correr hasta el primer tejido. El enfrentamiento continuó, Soraire se desplomó herido, los ocho reclusos alcanzaron el tramo final y, ya armados, emprendieron la retirada a los tiros.