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12:07:30 10/04/2022

En cinco años se redujeron un 37 por ciento los nacimientos en Rosario

En 2020, el año de la pandemia, en las oficinas del Registro Civil fueron anotados unos 10 mil niños. El número, que por si solo no dice nada, continúa un proceso iniciado cinco años antes cuando se comenzó a notar una progresiva disminución del número de nacimientos en Rosario. De acuerdo a datos oficiales, desde 2015 la baja en el número de nacidos vivos fue del 37 por ciento. En el caso de las maternidades de niñas menores de 15 años y adolescentes de 15 a 19, la reducción fue aún mayor: del 70 y del 60 por ciento, respectivamente. Bajo la lupa de los especialistas, los números son el resultado de cambios culturales y de políticas públicas que permiten que las mujeres ejerzan sus derechos reproductivos.

El municipio publicó esta semana su informe sobre estadísticas vitales de la población. Los datos se obtienen del último Anuario de Población y Estadísticas Vitales de la Dirección de Estadística de la Municipalidad y de la base de datos del Ministerio de Salud de la Nación. Las cifras aportan información sobre las características de los nacimientos de madres rosarinas registrados en la ciudad durante 2020. Por ejemplo, el peso al nacer, el lugar donde se asistió al parto y la edad de la madre.

De acuerdo al informe, en las maternidades públicas y privadas nacieron en el año de la pandemia 10.650 bebés de mujeres con domicilio en la ciudad de Rosario. Por lejos, se trata del número más bajo en una década y también el sexto período consecutivo en que los nacimientos son menores al del año anterior.

El pico de nacimientos desde 2010 se registró en 2014, cuando se contaron 17.398 nacidos vivos. Después de ese año, la cifra de nacimientos comenzó a decrecer.

Y este descenso que se inició en 2015 se viene acelerando: desde entonces se registra una baja en el número de nacimientos del 37 por ciento. Y si se analiza el número de nacimientos por las edades de las madres la reducción es aún mayor. En 2015 los niños nacidos de madres rosarinas menores de 15 años fueron 65, en 2020 se registraron apenas 19. Entre las mamás menores de 19 años hubo 2.124 nacimientos en 2015; mientras cinco años después se anotaron 833.

Las estadísticas vitales son el punto de partida y de llegada de cualquier política pública de salud. "Hacen visible la existencia de un ser humano como un sujeto de derecho", señala Cecilia Moyano, epidemióloga y coordinadora de la Mesa de Información de la secretaría de Salud municipal.

Los datos que se registran parten de los certificados de nacimientos o defunciones confeccionados en los servicios de salud y las oficinas del Registro Civil. Las cifras son procesadas por el Ministerio de Salud de la Nación y, como reúnen información de todas las provincias, siempre se publican año vencido. Por eso esta semana se conoció el informe de 2020.

Moyano advierte que en los dos años de pandemia "hubo algunos problemas con el procesamiento de estas estadísticas" debido al cierre o el traslado al home office de algunas áreas de los Registros Civiles, lo que pudo haber complicado un poco más la carga de datos.

Lo cierto es que las estadísticas vitales de un país o una ciudad dan cuenta de las condiciones de vida de sus comunidades. Y en el caso de la disminución del número de nacimientos que se registra en los últimos cinco años va de la mano de las iniciativas y programas impulsados desde hace más de 30 años en Rosario que facilitaron la planificación familiar.

"Hubo leyes que permitieron el acceso a la anticoncepción y tuvieron como consecuencia una retracción de los nacimientos que no eran deseados. También hubo todo un trabajo de prevención y de educación que ayudan a que se mejoren las estadísticas vitales", apunta Moyano y considera que "se retrasa la natalidad porque las mujeres elegimos estudiar o trabajar lo que posterga la decisión de ser madres; pero en grupos más vulnerables, el acceso a los servicios de salud, a la educación, a la anticoncepción y a un acompañamiento también permite a una mujer decidir si tiene o no un niño o si en vez de tener cinco hijos prefiere tener dos o tres".

De todas formas aclara, estos cambios deben ser analizados en plazos más largos porque involucran también fuertes transformaciones culturales. "Para hablar de tendencias y evaluar políticas públicas que se vienen desarrollando un plazo de cinco años puede quedar muy corto", apunta y considera que es importante analizar qué sucede en diferentes territorios o con distintos grupos poblacionales.

En Rosario, marca, con anterioridad a la pandemia se analizaron las estadísticas de nacimientos de varios años y "pudimos determinar que en algunos distritos donde existía una mayor focalización de programas y actividades relacionadas con educación sexual, la pendiente de la curva de disminución de nacimientos era más pronunciada".

La baja en el número de nacimientos no es una particularidad de Rosario. De acuerdo a datos del Ministerio de Salud de la Nación, en el quinquenio 2015-2020, la tasa global de fecundidad es de 2,5 hijos por mujer a nivel mundial, de 2,0 para Latinoamérica y el Caribe, y de 1,9 para América del sur.

Según destaca el informe, en Argentina, aun con sus diferencias geográficas, sociales y económicas, se ha dado un proceso de transición de la fecundidad más temprano que en el resto de América latina, con patrones que se asimilan a lo observado en varios países desarrollados.

El trabajo remarca que la desigualdad reproductiva es una parte constitutiva de la desigualdad social característica de la economía en América latina y el Caribe. "En lo que respecta al análisis de la fecundidad según niveles socioeconómicos, se ha señalado la existencia de una dinámica en la cual las mujeres de los estratos socioeconómicos bajos, además de alcanzar un número de hijos mayor al deseado, tienen una fecundidad superior y más precoz que la de los estratos altos", apunta.