El avance en la campaña de vacunación y el objetivo de garantizar la presencialidad plena en todos los niveles educativos disparó la demanda de departamentos para alquilar. Tras un 2020 de cursada virtual y un 2021 bimodal, los estudiantes vuelven a instalarse en la ciudad de Rosario y la oferta no cumple con las expectativas.

Según Andrés Gariboldi, presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Rosario, el porcentaje de demanda alcanzó el nivel pre pandemia. Si bien debería ser una buena noticia, hay un problema: no hay inmuebles disponibles.

Como suele suceder, los últimos días de diciembre, enero y febrero suelen ser los meses donde quienes vienen a la ciudad de Rosario a estudiar comienzan la búsqueda de departamentos de un dormitorio y monoambientes. Sin embargo, este año no hay unidades disponibles.

“Las unidades no están. Los corredores inmobiliarios están recibiendo llamadas de gente que quiere alquilar y no podemos cubrir esa expectativa”, precisó Gariboldi.

Según explicó, la nueva ley de alquileres es el motivo por el cual los propietarios sacaron los inmuebles del mercado. “No cubre las expectativas de quienes que han invertido”, argumentó.

La principal queja ronda en el plazo de los nuevos contratos (36 meses) que, según señalan, ni siquiera es una necesidad para los estudiantes. “El propietario no quiere atarse a un contrato de esas características con una incertidumbre económica como la que vive nuestro país, con una inflación del 50% anual”, agregó.

Además, recordó que “en 2020 nos vimos afectados con cuatro, cinco decretos presidenciales que hace que el locador tenga una cuota de temor”. Quienes buscan viviendas residenciales también se ven afectados por la falta de oferta.

De esta manera, los propietarios prefieren poner el departamento a la venta y sacarlo del mercado de alquiler. Aunque demoren en venderlos, el plazo “seguramente sea menor que 36 meses”, resaltó.

Por último, Garibaldi consideró que “hay que tomar medidas de corto, mediano y largo plazo”. En primera instancia pidió que se revierta el plazo de extensión de los contratos y se trabaje para “encontrar la fórmula adecuada para que los estudiantes puedan hacer contratos por un año”.