Con su enorme dolor a cuestas, familiares de víctimas de la inseguridad no solo llevaron sus reclamos de justicia y celeridad en la resolución de las causas sino que además pintaron estrellas rojas en la explanada del Centro de Justicia Penal para recordar a sus muertos.

Bajo un calor agobiante, madres, padres, hermanos, amigos y allegados de gran cantidad de víctimas de la violencia se congregaron en la plaza de Sarmiento entre Virasoro y Rueda y pidieron ser atendidos por los fiscales. Exigen soluciones de fondo y llevaron un pedido que repitieron casi al unísono: que cambien las leyes.

"El pedido de justicia no termina nunca. Hace 14 meses que mi hijo no está conmigo. Y ayer mi esposo hubiera cumplido 76 años. En ocho días me llevaron a dos de mis seres más queridos", recordó con la voz quebrada por el dolor y el llanto Ana María, la mamá de Sebastián "Oso" Cejas, el cocinero asesinado de un tiro para robarle el auto en la puerta de acceso a la guardia del Hospital Español. Allí encontró la muerte mientras esperaba que su papá saliera de una sesión de diálisis.

Mirta, mamá de Alejo, un chico asesinado en la zona de Uriburu y Las Palmeras el pasado 5 de abril, comentó que "pedimos justicia, seguridad y que cambien las leyes. Ya no se puede vivir en Rosario. Ya no existen las clases sociales, los barrios son un lugar donde ya no se puede vivir. No podés estar en la calle afuera, no puedo llevar a mi hijo a jugar a la pelota al club porque por ahí pasa uno tirando tiros"

La mujer dijo que quiere respuestas oficiales: "Nos gustaría que salgan los fiscales que tienen las causas y den la cara, como hacemos nosotros, y que nos den una explicación. Hace dos meses que vengo, que mando mensajes. A mi hijo lo mataron en Uriburu y Las Palmeras, le dieron tres tiros. Y tienen pruebas como para agarrar a la persona que lo mató, pero nada, no pasa nada".

Patricia, mamá de Rocío Romano, asesinada a tiros el pasado 19 de septiembre en Patricias Argentinas y Centeno, también llegó con sus reclamos: "Hoy estamos todos juntos, haciendo fuerzas. No vamos a parar, estamos juntos en esta lucha de pedir justicia por nuestros seres queridos, por nuestros muertos. Sabemos que la Justicia es lenta, vienen en tortuga. Nos faltan hijos, padres, hermanos y acá seguimos. Por favor cambien las leyes. Que dejen de perder tiempo como en la reunión de ayer. Ahora van a cuidar al sector gastronómico. ¿Y los barrios? Nuestros muertos salieron de los barrios, sea de la zona que sean. Las balaceras siguen, parece que se burlan en la cara".

La mamá de Angelito, un muchacho de 26 años "al que mataron como un perro", recordó que su hijo "lo amenazaron durante varios meses. El autor intelectual estuvo preso pero como no había pruebas suficientes quedó en libertad. Hizo un año que lo enterré. Tengo una nieta de 8 años que pide por su papá. ¿Qué le digo, qué hago yo que no puedo vivir sin mi hijo? Este dolor no se calma con nada y nos están tomando para la joda".