Chile permitirá la entrada a extranjeros no residentes vacunados a partir del 1 de octubre, al tiempo en que reabrirá dos aeropuertos en su región norte, Antofagasta e Iquique, que estuvieron sin operar para flujo exterior desde el inicio de la pandemia del nuevo coronavirus. Con la principal estación aérea de la capital del país, Santiago, serán tres en total. Respecto a las fronteras terrestres, continuarán cerradas.

Los extranjeros no residentes que quieran acceder al país sudamericano deberán validar su vacuna con el sistema chileno a través del sitio www.mevacuno.gob.cl, un trámite que puede tardar hasta un mes. Además, deberán presentar una declaración jurada, un PCR negativo de hasta 72 horas previas al viaje y contar con un seguro médico con cobertura por al menos de 30.000 dólares.

Junto a esos requisitos se les pedirá realizar una cuarentena obligatoria de cinco días, detalló este miércoles la subsecretaria chilena de Salud, Paula Daza.

Chile, que registra en este momento bajas cifras de contagios debido a la alta tasa de vacunación de su población según las autoridades de salud, espera con estas medidas reactivar el rubro del turismo de cara al verano, uno de los más afectados por los efectos de la pandemia. El turismo receptivo implica un 40% de los ingresos de esta industria, según las autoridades de ese sector.

Los argentinos que pretendan viajar deberán cumplir, como los turistas de cualquier otro país, el protocolo sanitario.

En primer lugar, debe haber completado su esquema de vacunación con alguna de las vacunas aprobadas por la OMS o el Instituto de Salud Pública chileno (Sputnik está incluida).

Esto, porque las libertades en Chile, donde ya hay recitales y estadios abiertos solicitan el “pase de movilidad”, un código QR que las autoridades escanean para ver si la persona está habilitada para operar con normalidad en el país.

De allí, la necesidad de ingresar a la página web mevacuno.gob.cl con tiempo de anticipación para evitar que la aerolínea en el país de origen no lo deje abordar por no tener aún el pase.

El pasajero deberá tener, además, un test PCR negativo no más de 72 horas antes del viaje. Y ya una vez en Chile, deberán realizar una cuarentena de cinco días, obligatoria, en cualquiera de los hoteles habilitados en el país como “hoteles de tránsito”, los que están monitoreados por la autoridad sanitaria.

Otro requisito es el de tener un seguro de salud con cobertura, que incluya COVID, de al menos 30.000 dólares, como algunos estados de los Estados Unidos lo exigen. Cumplidos el protocolo, los turistas podrán gozar de las mismas libertades que el resto de los chilenos.

“Como gobierno hacemos un llamado a todos los ciudadanos (chilenos) y extranjeros, con o sin residencia, para que actúen con responsabilidad y respeten estrictamente la normativa vigente”, señaló la subsecretaria de prevención del delito, María José Gómez.

“Solo así podremos mantener los espacios de libertad que hemos ido ganando con mucho esfuerzo”.

El subsecretario de Turismo, José Luis Uriarte, destacó que “este primer paso va a poder seguir avanzando en la medida de que respetemos las medidas sanitarias adecuadas. Esperamos que este proceso sea progresivo y podamos seguir disminuyendo las restricciones”.

Chile ha aplicado las dos dosis de la vacuna contra el COVID-19 a un 87% de los 15,2 millones de personas que tiene como meta inmunizar, en tanto que un 90% ya recibió al menos una dosis. El lunes se comenzó a vacunar a niños menores de 12 años con la vacuna china Sinovac, convirtiéndose en uno de los primeros países en tomar esta medida en la región.

En las últimas horas se reportaron ocho nuevos decesos y 408 contagios, que representan una positividad inferior al 1%. Sin embargo, las autoridades informaron el martes que ya hay identificados al menos 1.000 casos de la variante Delta que es más contagiosa y que el 60% de estos casos se han dado por transmisión comunitaria. Esto invirtió la tendencia de detectar esta variante principalmente en aeropuertos, según las autoridades.

Chile registra hasta ahora casi 1,6 millones de casos y más de 37.000 fallecidos, según las más recientes cifras oficiales.