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19:37:48 21/08/2021

Precandidata a concejal reparte chalecos antibalas para proteger a los vecinos "de las balaceras"

"No queremos que la gente se arme, pero tampoco queremos que una bala nos perfore el estómago". Con esa crudeza, Silvia Canterella, precandidata a concejal por el espacio evangélico Una Nueva Oportunidad, que forma parte de la alianza de Juntos por el Cambio, comenzó a repartir chalecos antibalas de confección casera como señal de repudio a la inseguridad que atraviesan los barrios más conflictivos de Rosario.

Por polémica que parezca, es la segunda vez que un precandidato presenta una propuesta de esta índole luego de que Sergio Más Varela repartiera en 2019 gas pimienta para repudiar la falta de seguridad que atravesaban los barrios de la ciudad bajo el gobierno de la por entonces intendenta Mónica Fein.

Cantarella, de 50 años, comentó que la idea surgió a partir del consenso entre los colaboradores y colaboradoras en los barrios donde afirma que trabaja desde hace 12 años, tales los casos de Tablada, Ludueña, Zona Cero y Empalme Graneros. "No hace mucho que comenzamos; se me ocurrió la idea porque en los barrios que estamos trabajando son los más peligrosos de la ciudad. Y debido a las balaceras que hay, la gente tiene miedo", comentó.

En ese sentido, explicó: "Es una forma de pedir ayuda, necesitamos que nos protejan, más presencia de la policía, del Estado, la seguridad y la tranquilidad y poder sentarnos tranquilos en la vereda". Y remató: "Las balaceras son algo impresionante. Si no nos cuidan nos tenemos que cuidar nosotros: no queremos que la gente se arme, pero necesitamos cuidarnos y tampoco queremos que una bala nos perfore el estómago".

Detalló que estos chalecos antibalas de confección casera están fabricados con tela resistente denominada "cordura", que se caracteriza por ser un material grueso y además viene con bolsillos en el frente y en el dorso para poder agregarle cualquier tipo de material extra. "Un gimnasio nos donó discos de fundición que se utilizan para hacer pesas, pero después el o la que lo va a usar le puede colocar el material que quiera como planchuelas de fundición y todo tipo de cosas resistentes", explica.

Si bien su nombre suena desconocido al oído y la vista de muchos, Cantarella afirma que no es la primera vez que incursiona en la política. Asegura que trabaja desde hace 12 años en los barrios más conflictivos y necesitados de la ciudad, en merenderos y ollas solidarias.

"Es la segunda vez que voy como candidata", aclara. Y comenta: "Estuve en 2019 con el partido Unite (de la mano de José Bonacci), nos fue muy bien por ser la primera vez, sin recursos, sin estructura, fui sola y mi alma. Pero tengo un trabajo territorial de hace muchos años y el voto fue de la gente que me conoce, compartiendo cara a cara todo el tiempo, no solo el merendero sino jóvenes en situación de consumos problemáticos y vulnerabilidad".

Nacida en el barrio Saladillo y radicada definitivamente en Empalme Graneros, esta mujer se autodefine a partir de una profunda fe cristiana y aliada a los diputados Federico Angelini (Juntos por el Cambio) y Walter Ghione (bloque Somos Vida y Familia).

"Viví en Saladillo hasta los 12 años y desde ahí me fui a Empalme Graneros hasta el día de hoy. Con Federico Angelini compartimos valores y tenemos a la familia como prioridad para recuperar la educación y que podamos tener libertad para educar a nuestros hijos; y con el diputado Walter Ghione nos une la religión y la fe".

Es así que se define como "cristiana evangélica", al tiempo que afirma que trabaja en una iglesia en la que comenzó con el trabajo de asistencia a los niños y niñas y luego se volcó a la labor social. "No es solo lo material sino lo espiritual, ya que también soy operadora social y asistente jurídica", concluye.