A la espera de un subsidio de la provincia, los jardines privados de la ciudad alertan por la grave situación que atraviesa la actividad. Caída en la matrícula, familias que no pueden pagar las cuotas ante la falta de ingresos producto de la cuarentena y la necesidad de hacerle frente al pago de alquileres y a los salarios de las maestras integran el crítico escenario de quienes se ocupan de la primera infancia. A fines de abril, la Legislatura provincial aprobó por unanimidad un proyecto que solicita un auxilio a estas entidades educativas. Ahora resta la respuesta del Ejecutivo para dar curso a ese reclamo.

En Rosario son cerca de 200 los jardines privados y unos 150 los que integran la Asociación de Jardines Particulares (AJP). Su presidenta, Mayra Williams, aseguró que los establecimientos atraviesan “una situación de emergencia absoluta” y necesitan de algún tipo de asistencia financiera para evitar cierres o despidos.

Apenas se decretó el inicio de la cuarentena, los jardines (infantiles y maternales) cerraron al igual que el resto de los establecimientos educativos, y buscaron mediante distintas plataformas o WhatsApp la mejor forma de continuar el contacto con los chicos y chicas y sus familias.

“Nos pidieron que cerráramos al mismo momento que a las escuelas. Ahí fuimos considerados instituciones educativas, pero ahora parece que no lo somos porque no pertenecemos al Ministerio y no nos subsidian de ninguna manera. Nos tratan como comercio y la única opción que tenemos es que, las que puedan, presentarse a los ATP (Asistencia en la Emergencia al Trabajo y la Producción) que salieron para las pymes. Pero a muchas se las rechazaron y la realidad es muy crítica”, señaló la titular de la AJP de Rosario. Sobre este punto, explicó que algunos jardines están registrados como monotributistas, por lo cual no pueden acceder a esta asistencia. Y en cuanto a los créditos a tasa cero para monotributistas señaló: “Te los dan en tres cuotas con tarjeta de crédito, pero con tarjeta no le podés pagar el sueldo a las docentes”.

Respecto del trabajo en sí mediante las plataformas o redes sociales, dijo que son herramientas que plantean dificultades con chicos tan chicos, como los que asisten a los jardines maternales. “Eso implica mucho más trabajo del habitual. Porque si habitualmente una maestra jardinera trabaja mucho para preparar las actividades, porque lleva creatividad y preparación, ahora es mucho más trabajoso. Entonces nos encontramos trabajando todo el día y tratando encima de salir adelante en esta situación”, describió Williams.

Durante este período muchos padres acompañaron el trabajo de los jardines y continuaron pagando las cuotas, pero otros avisaron, sobre todo a partir de abril, que les era imposible continuar abonando las cuotas ante la caída de ingresos familiares. “Ahora en mayo, agregó, son muy pocos los que pueden pagar, la matrícula se redujo mucho y en algunos jardines tenemos solo un 30 o 40 por ciento pagando”.

En la Legislatura

Williams contó que ante este escenario realizaron un proyecto de comunicación en la Legislatura junto al diputado provincial Ariel Bermúdez, que fue avalado por otros legisladores y aprobado por unanimidad el pasado 23 de abril. “En ese proyecto lo que se pide es un subsidio para los jardines, porque estamos en una situación de emergencia absoluta y nos solventamos únicamente por las cuotas que abonan los papás, pero hay muchos que ya no pueden seguir abonándolas por su situación económica”, describió la representante de los jardines particulares. Agregó que hoy están “casi sin ingresos” para hacerle frente al pago de salarios a docentes, alquileres y otros gastos generales de impuestos y servicios.

“No sabemos qué va a pasar con cada jardín, dijo Williams, estamos haciendo todo lo posible para ser escuchados y que no tenga que cerrar ninguno. Pero la realidad es muy triste y dura. Lo que necesitamos ahora es llegar a la parte ejecutiva para que el subsidio pueda ser asignado. Mientras tanto seguimos trabajando".