Los profesionales integrantes del Colegio de Psicólogos de Rosario se mostraron disconformes con la resolución que adoptó el Ministerio de Salud de la provincia, que categorizó como esenciales a varias profesiones vinculadas a la salud pero no incluyó a los psicólogos, como tampoco los nutricionistas ni psicopedagogos. A la vez, desde la misma entidad argumentaron que si hay profesionales que tienen contacto directo con el paciente y pueden trabajar, en el caso de los psicólogos lo hacen a cierta distancia y, por ende, no debería haber obstáculo alguno. "Es tomada como algo secundario y esto revela una falta de conocimiento importante, así como de acatamiento a la Ley de Salud Mental Nacional, que es un orgullo internacional", afirmó Nilde Cambiasso, presidenta de la entidad.

Si bien hay profesionales que están atendiendo de manera virtual a través de distintas plataformas, ya sea telefónica u otras aplicaciones que existen en la actualidad y que facilitan el contacto con el paciente, hay determinados casos donde el mismo necesita hacerlo de manera presencial. Y este reclamo se hizo el mes pasado a nivel nacional para que sea tratado.

Dentro de las últimas habilitaciones que se otorgaron no aparecen los psicólogos y es ahí donde se intensificaron los reclamos por falta de entendimiento en el criterio utilizado, sobre todo cuando se hace hincapié en el distanciamiento social. "No se sabe cuál fue el criterio que tuvieron, pero lo grave que se evidencia es el desconocimiento a la salud mental, ya que por ejemplo fueron habilitadas otras profesiones junto a las del Colegio de Médico, como fonoaudiólogos y kinesiólogos, como si la salud fuese sólo biológica”, dijo Cambiasso públicamente a diversos medios.

Dentro de toda esta complicación en la que se encontraron inmersos los psicólogos por la pandemia, como tantos otros profesionales o trabajadores, reside la cuestión económica. Y es por eso que también los matriculados les hicieron saber a los miembros del colegio que "se considerara la posibilidad de no cobrar los gastos administrativos que se les aplican por la facturación de las obras sociales, como también la matrícula. Al menos por estos meses hasta que se normalice un poco la situación", coincidieron algunos psicólogos que prefirieron el anonimato.