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21:31:31 11/08/2019

Aumenta el consumo de cannabis medicinal sin control médico

Ya sea por la falta de respuestas en los fármacos tradicionales o por la recomendación de otros usuarios, cada vez más personas recurren al cannabis medicinal para enfrentar los síntomas de enfermedades crónicas. La mayoría de los usuarios accede a los aceites o las cremas en base a cannabis comparándolos y no tiene ningún control o asesoramiento médico en los tratamientos.

Esa es la síntesis de una encuesta realizada por profesionales de la Asociación Civil Miradas, que lleva tiempo trabajando por una nueva política de drogas. El trabajo reúne las respuestas de 150 usuarios de cannabis medicinal de la ciudad de Rosario, contactados durante la última etapa de una campaña de recolección de firmas para que el Anmat autorice al laboratorio público provincial (LIF) a producir medicamentos con base de cannabis.

El sondeo no tiene muchos antecedentes en el país. "Es una información muy valiosa para nosotros ya que es difícil acceder a datos concretos que permitan construir estadísticas y realizar diagnósticos sobre un tema que hace al derecho a la salud" sostuvo Fabián Peralta, referente de la Asociación.

Es que en Argentina el uso del cannabis medicinal permanece aún en un terreno pantanoso. La ley 27.350, sancionada hace casi dos años, permite el acceso legal al aceite de marihuana con fines medicinales para el tratamiento de epilepsias refractarias. Pero no avanza en la producción pública de medicamentos ni la autorización para el autocultivo en el hogar.

Buena prensa

En medio de ese vacío legal, son muchas las personas que han recurrido al cannabis medicinal para aliviar los síntomas de distintas dolencias en los últimos tiempos. De acuerdo a la encuesta de la ONG Miradas, dos de cada tres usuarios empezaron a consumir cannabis en el último año.

Para Peralta, se recurre a estos tratamientos "por los evidentes resultados obtenidos y por una transmisión de experiencias positivas que llevan a la ciudadanía a experimentar con el cannabis medicinal". Según advirtió, "el hecho que la mayoría de los usuarios exprese que su calidad de vida mejoró mucho desde que iniciaron el consumo es una explicación clara del porqué está aumentando el uso del cannabis medicinal".

En este sentido, cuando los usuarios fueron consultados sobre los efectos del tratamiento con cannabis, el 75 por ciento sostuvo que mejoró "mucho" su calidad de vida, otro 23,68 por ciento respondió que notó algún bienestar y apenas un 1,32 por ciento indicó que no obtuvo ningún beneficio para su salud.

La mayoría de los usuarios consultados había recurrido al cannabis para paliar los síntomas de enfermedades oncológicas, epilepsias, artritis o fibromialgias.

Los médicos, al margen

El lado B de este crecimiento en el uso del cannabis, es la poca participación de los profesionales de la salud en el seguimiento de los tratamientos: casi el 60 por ciento lo consume sin indicación médica.

Jorgelina Borao es clínica generalista y de familia, especialista en tratamiento del dolor e integrante del equipo de Miradas. La profesional advirtió que "el tratamiento no debería quedar solamente en manos del paciente o un familiar", más bien "el médico debe ser parte de un proyecto terapéutico compartido entre él y el paciente, acompañar, supervisar el uso del cannabis. Si bien es una droga realmente muy noble, se debe estar atento a sus posibles efectos adversos y asesorar sobre interacciones con otros fármacos".

El problema, apuntó, "es que no se sabe qué es lo que realmente se consume, si se contaminó con algún pesticida o si contiene algún componente no apto para el consumo. Los pacientes tienen derecho a saber lo que usan y los médicos necesitan saber lo que contiene".

Para la profesional debe existir "una legislación clara y un producto estandarizado regulado por el Estado, al alcance de la persona que lo necesite, sin distinción del poder adquisitivo; ya que actualmente, y según muestra la encuesta, el 50 por ciento accede comprándolo".

En este sentido, Peralta consideró que el resultado del trabajo deja expuesta "lo insuficiente que resulta la actual ley nacional 27.350, que sólo contempla una de estas patologías, y la necesidad de volver a discutir el tema en el parlamento nacional. Se requiere una ley nacional que atienda en toda su dimensión la temática, una ley que no sea maquillaje. En definitiva, se necesitan menos titulares y más políticas que defiendan a los usuarios", concluyó.

Hace poco más de un año, ocho mamás presentaron un amparo colectivo para que la Justicia Federal las autorice a cultivar el cannabis que necesitan sus hijos para seguir sus tratamientos. El grupo, conocido como las Madres que se Plantan, consiguió el aval de una jueza de primera instancia, pero la Cámara de Apelaciones revocó la medida. El pedido llegará ahora a la Corte Suprema.

Las madres expusieron las historias clínicas de sus hijos, que cuentan con la asistencia la asistencia de profesionales de la Asociación de Usuarios y Profesionales para el Abordaje del Cannabis (Aupac) y de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas, donde se realiza el análisis cromatográfico de los aceites, hasta tanto el Estado Nacional les proporcione los preparados que cada caso requiere.

En septiembre pasado, la jueza Sylvia Aramberri concedió la autorización, entendiendo que el modo en que las madres garantizan la salud de sus hijos es el más adecuado, teniendo en cuenta que la legislación nacional sólo contempla casos de epilepsia refractaria y consagra procedimientos que lejos están de garantizar el acceso a la mejor calidad de vida de los hijos e hijas de las amparistas.

No obstante, la medida fue apelada inmediatamente por el Estado nacional, y el caso llevado a la Cámara Federal de Apelaciones. Los jueces de segunda instancia resolvieron revocar el fallo de Aramberri en votación dividida y sin escuchar siquiera en una audiencia los argumentos de las mujeres.

Efecto suspensivo

Las madres interpusieron recurso extraordinario para que el caso llegue a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, solicitando expresamente que el mismo sea concedido con efecto suspensivo, para que la autorización concedida en primera instancia siga en pie hasta tanto la Corte se expida.

Acompañadas por el partido Ciudad Futura, las madres recolectaron más de 40.000 firmas de adhesión a este pedido, lo cual demuestra el interés social que reviste el caso.