El precio del dólar y la inflación acelerada, entre otros ingredientes de un combo explosivo, trajeron una caída del consumo de un 20% según datos revelados por la Cámara de Supermercadistas de Rosario y la Región. Las cadenas no esperan un repunte y ruegan por la tan ansiada "estandarización de los precios" mientras hacen números y negocian "permanentemente" con los proveedores para no trasladar todos los aumentos a las góndolas.

El vocero de la Cámara, Juan Manuel López Raidó, señaló que "el panorama es poco alentador". "La inflación no baja, no se calma, y nos pone en alerta para los próximos meses", amplió el referente de los comerciantes.

"Más allá de la coyuntura del dólar que siempre termina siendo formador de precios, en estas últimas semanas estamos viendo qué es lo que va a pasar", señaló López Raidó para graficar que los supermercadistas están a la espera de buenas noticias, aunque entienden que éstas no llegarán en el corto plazo.

A su entender, el aumento en el precio de la carne (de un 20% desde diciembre) fue "excesivo". Para colmo, "los lácteos aumentaron también fuertemente porque en verano hay menos producción y hubo inundaciones en la cuenca lechera". Estas subas se suman a la que el año pasado experimentó el precio de la harina. "Tratamos de no trasladar todo eso a las góndolas porque ya venimos con una caída del consumo del 20%", lamentó López Raidó.

"El poder adquisitivo cada vez es mas corto, no hace falta que los economistas lo expliquen", concluyó el vocero, preocupado por lo que pueda ocurrir en las semanas venideras.