La apropiación de terrenos de forma ilegal no parece tener límites en la provincia de Santa Fe. Con el mismo modus operandi, pero con diferentes actores, la estafa inmobiliaria se convirtió en una marca registrada de los popularmente conocidos "delitos de guante blanco".

En todos los casos que se hicieron públicos en los últimos meses, como la megacausa de Rosario y de Venado Tuerto, el inicio de la investigación judicial tuvo como detonante una estafa particular: un simple ciudadano que deja de recibir los impuestos inmobiliarios y ante una consulta con el municipio se entera que su propiedad ahora le pertenece a otra persona.

Al igual que a la mayoría de los damnificados en las megaestafas referidas, un vecino de la localidad de Álvarez, 25 kilómetros al sudoeste de Rosario, denunció que de un día para el otro su casa dejó de pertenecerle. Al menos, en los papeles, lo cual no es poco.

"El 29 de noviembre mi cliente me dijo que no había dormido porque le avisaron que le iban a quitar la propiedad donde vive con su compañera", empezó a contar la abogada María Luisa Duarte, patrocinadora del hombre estafado, en diálogo con una emisora local.

Según explicó la letrada, su defendido se enteró que el lote donde instaló su casa, y su familia, acumuló una deuda que llegó a juicio de ejecución por la falta de pago del impuesto inmobiliario. "Mi cliente se dio cuenta que en los últimos meses no le había llegado la tasa comunal; hizo el reclamo y le dijeron que no le pueden dar el impuesto porque por una sentencia judicial el dueño del terreno es otra persona", comentó.

Tras el anuncio del personal de la comuna de Álvarez, Duarte se presentó en el Distrito 9º del juzgado de Rosario y se enteró de una llamativa noticia: "La propiedad tenía tres juicios con sentencia, del 2015 a 2018, con un proyecto de escrituras; por esto, el inmueble está bloqueado en el Registro de la Propiedad".

El terreno donde reside el denunciante fue loteado a principios de los años '80, por la Inmobiliaria Vanzini. Los titulares de dicho predio, desde 1969, eran dos personas de apellido Fanucci y Ferletta, respectivamente. El primero, falleció en 1991 (con sucesión concluida por sus descendientes en 1995), y el segundo, en 2009.

"En 2015 se iniciaron las actuaciones donde se notificó a ambos dueños, que estaban fallecidos, en un domicilio, constituido en el boleto de compra/venta, Batlle y Ordóñez al 1800", señaló la abogada y agregó: "En el expediente aparecen notificaciones donde alguien, en el lugar mencionado, les dijo que las personas estaban vivas. Pero al no hacerse presentes ante la citación, se los declaró en rebeldía". "Es decir, se sacó una sentencia sin hacer una constatación en el lugar", criticó la letrada.

Además de las sentencias, en el juzgado, Duarte averiguó que de los 28 lotes que integran el barrio Los Paraísos, por lo menos 10 se encuentran en condiciones similares a las de su representado.

"El procedimiento me parece totalmente irregular", afirmó la letrada y añadió: "Me comuniqué con los herederos de los titulares registrales, que también están consternados por esta situación".

Luego de empezar con el reclamo judicial, la abogada indicó que su cliente recibió duras amenazas, donde se le reprochaba el reclamo y se lo invitaba a arreglar la situación a cambio de dinero. "El jueves pasado mi cliente recibió una amenaza: le dijeron que se deje de joder", apuntó.

Fuente: Rosario Plus