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15:21:46 27/01/2014

El hijo robó y lo llevó a la Policía: “Le faltó el respeto a la familia”

“Estamos avergonzados por lo que hizo mi hijo. Quiero que no lo haga nunca más.

Le faltó el respeto a la familia y al barrio. Yo trabajo con la confianza de la gente y todos me conocen”. Las palabras salieron como un lamento en la voz de un padre que, tras descubrir que su hijo de 19 años había robado junto a otros jóvenes en un negocio ubicado a seis cuadras de su casa, lo llevó a la comisaría y devolvió la mercadería robada.

Ante la Policía, el hombre entregó el botín de su hijo -una bolsa con ropa, gorras y zapatillas deportivas- y suplicó que no lo encerraran.

“Les pedí una oportunidad. Es un chico bueno, la mala junta y el alcohol lo llevaron a cometer una macana, pero lo voy a ayudar”, le dijo a Clarín Néstor Zacarías (45) en una de las casas que cuida en una zona descampada del barrio El Peligro , cerca de la ruta 2 y a 22 kilómetros del centro de La Plata.

El chico, sin antecedentes y con el compromiso ante la Justicia de iniciar un tratamiento contra las adicciones, volvió con su padre. No obstante sigue vinculado a la causa abierta por el robo.

En el mismo momento en que Zacarías hacía el trámite para poder llevarse a su hijo en la comisaría 7ª de Abasto, Josué Solano, otro vecino de El Peligro , denunciaba un saqueo ocurrido en su negocio de ropa deportiva de la calle 420 y diagonal 218.

Según dijo a los oficiales, desconocidos habían entrado de noche al local luego de romper una reja. Se habían llevado 10 remeras, varios pares de zapatillas, cinturones, gorras y otras prendas deportivas.

En la oficina de al lado, Zacarías y su hijo devolvían parte de esa mercadería, que Solano reconoció como propia. Era casi la mitad de lo que le habían robado.

“Está muy arrepentido y tiene mucho miedo. Me prometió que va a hacer todo lo necesario para salir de este problema. Le exigí: o te recuperás y volvés a ser el de antes o vas a la cárcel”, contó Zacarías.

El hombre llegó a La Plata desde Temperley hace 16 años y con siete hijos: seis mujeres y un varón, el joven involucrado con el robo. Con trabajo y esfuerzo los crió luego de que su madre los abandonara. Inclusive le llevó varios años obtener en la Justicia la tenencia de los menores.

Junto a los chicos, el hombre se instaló como sereno en una casa de 423 y 222 que le prestó un matrimonio que había conocido en Lomas de Zamora. Ahora la mujer es como una abuela para los chicos (ver “ La abuela vigila…”).

En el barrio todos lo conocen como “Cacho”. Los vecinos hablan de él como un trabajador “responsable, de confianza y buena persona”. Se gana la vida haciendo trabajos de albañilería, jardinería y limpiando piletas de natación.

En una recorrida por la zona, Clarín pudo comprobar con algunos testimonios esa versión. “Hace unos meses Cacho estuvo trabajando en mi casa. Todos lo conocen como un buen trabajador” contó Susana Aguirre, una peluquera que también fue víctima de un robo dos días después que Solano, aunque en ese episodio el hijo de Zacarías no estuvo involucrado.

El único hijo varón de Zacarías aprendió desde chico los oficios de su padre. Lo acompañaba siempre y lo ayudaba en los trabajos. El hombre jamás sospechó que el joven pudiera terminar con una causa penal. “ Cuando descubrí las bolsas arriba de un ropero no le quería hablar, tenía mucha bronca y vergüenza. No entendía por qué lo había hecho, siempre tenía plata en el bolsillo. El me juró que estaba borracho”, explicó su padre.

“Es un chico bueno que hasta los 17 años nunca salió, siempre estaba conmigo. Los problemas aparecieron cuando se empezó a juntar con una barrita de pibes que roban en la zona. Desde hace poco más de un año, lo domina el alcohol”, aseguró acongojado Zacarías.

Cuando padre e hijo se enfrentaron, Jonathan le confesó avergonzado que la noche del robo había tomado varias cajas de vino y cerveza. “Me dijo que no se acordaba nada de lo que había hecho”, aseguró Zacarías.

En la madrugada del robo, una hermana del muchacho lo vio entrar “tambaleándose y con mucha dificultad para llegar hasta la cama”.

Zacarías intenta hurgar en la infancia de su hijo para buscar alguna explicación por lo ocurrido. ”Siempre luché y traté de hacer lo mejor para que salgan adelante, también en lo que puedo ayudo a mis hijas y a mis cinco nietos. Quizás la adicción de ‘Jony’ venga de una historia dolorosa que tuvieron cuando eran muy chiquitos”, especuló el albañil.

Según el hombre, la madre de sus hijos es adicta, tiene una enfermedad crónica y se desinteresó definitivamente de ellos cuando todos eran chicos. “Es muy feo lo que nos pasó. Pero es mi hijo y no lo voy a abandonar de ninguna manera, se merece otra oportunidad ”, concluyó Zacarías.

Fuente: Clarín