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Subsidios al transporte: ¿federalismo o centralismo?
Se esperaban sorpresas, y las hubo: el drama iniciático “Sparrows”, del islandés Rúnar Rúnarsson, se alzó ayer con la Concha de Oro del Festival de San Sebastián, que también premió ex aequo las aplaudidas interpretaciones de Ricardo Darín y Javier Cámara en “Truman”.
En una edición sin grandes favoritos, con filmes de marcado sello de autor que dividieron a la crítica, el triunfo de “Sparrows” se antoja como un premio de consenso que no entusiasmó, pero tampoco generó rechazo. Lo firma un joven cineasta que ya llamó la atención de Hollywood en 2006 con su nominación al Oscar por el corto “The Last Farm” y que debutó en Cannes con “Volcano”.
“Me siento feliz y honrado”, dijo escuetamente Rúnarsson dando las gracias al festival. En “Sparrows”, que se enmarca en un deprimido pueblo pesquero de Islandia, retrata el paso de la adolescencia a la madurez con las alcohólicas noches de verano en las que no se pone el Sol como telón de fondo.
Darín y Cámara, que se alzaron con el premio Concha de Plata al mejor actor, ya declararon en la presentación de “Truman” (Cesc Gay) que lo suyo fue “amor a primera vista”. Y la química que rebosaban en este canto a la amistad fue uno de los galardones más aclamados, pues se vio como un resarcimiento: en 2009, el argentino se fue con las manos vacías tras presentar “El secreto de sus ojos” y hace dos, al español le ocurrió lo mismo con “Vivir es fácil con los ojos cerrados”.
“Quiero dedicar la película a toda la gente que está superando una enfermedad, y sobre todo a toda la gente que acompaña a esa gente”, dijo Cámara, que también agradeció a Darín haberle hecho el camino “tan fácil y bonito”. “Nos ha dolido mucho esta película”, declaró por su parte el argentino, que dio las gracias a Gay por la oportunidad de permitirles crecer “como artistas y personas”.
Entre los filmes a concurso no había esta vez muchas protagonistas femeninas, y frente a la favorita Julianne Moore, el premio —también muy aplaudido— fue para la actriz cubana Yordanka Ariosa. En la descarnada “El Rey de La Habana” (Agustí Villaronga) da vida a una prostituta que malvive en los duros años del “período especial en tiempos de paz”.
Muy emocionada, dio las gracias por “el honor de formar parte de la gran familia de actrices que han obtenido el premio”, y a Villaronga por darle la oportunidad. “La admiración y el cariño que te tengo son para toda la vida”, dijo. Además, recordó el “espíritu” de su archipiélago: “Si no me saliera por los poros cada cinco minutos, este premio no habría existido”, dijo al borde de las lágrimas.
Como mejor director fue premiado el belga Joachim Lafosse, que planteó un potente dilema moral sobre el derecho de injerencia humanitaria en “Les Chevaliers Blancs”, en la que recrea el escándalo protagonizado en Chad por la ONG francesa Arca de Zoé. El mejor guión fue para Francia por “21 nuits avec Pattie”, una surrealista comedia firmada por los iconoclastas hermanos Arnaud y Jean-Marie Larrieu.
El jurado, presidido por la actriz danesa Paprika Steen (ganadora de la Concha de Plata en la pasada edición), entregó su Premio Especial a la perturbadora “Evolution”, donde la francesa Lucile Hadzihalilovic recrea unos misteriosos experimentos médicos. Rodada en Canarias, la película se llevó también el premio a la mejor fotografía por el impactante trabajo del español Manu Dacosse.
Además, hubo una mención especial para la comedia dramática “El apóstata”, una coproducción con España que firma el uruguayo Federico Veiroj y que también se llevó el premio Fipresci de la crítica extranjera. Y para Argentina se fue el Premio Horizontes, que recibió Santiago Mitre por “Paulina” (“La patota”), protagonizada por Dolores Fonzi.
La gala, presentada por la actriz Aitana Sánchez Gijón y la periodista Edurne Ormazábal, también tuvo su momento reivindicativo: un llamamiento a la Unión Europea para hacer frente a la crisis de los refugiados, imponiendo una “mejor división” dentro de los Estados miembro y garantizándoles “unas condiciones dignas”.
Con el palmarés culmina una 63 edición que arrancó el pasado 18 de septiembre con el thriller de suspense “Regresión”, de Alejandro Amenábar; dio su Premio Donostia a la británica Emily Watson y, ante la ausencia de grandes estrellas de Hollywood, vio desfilar por su alfombra roja a Sienna Miller, Luke Evans y el “star system” local de “Mi gran noche”, con Raphael a la cabeza.
El Festival de San Sebastián cierra así el telón hasta 2016, cuando la ciudad será capital europea de la Cultura. El año pasado, la gran triunfadora del certamen fue la inquietante película española “Magical Girl”, que también distinguió con la Concha de Plata a su director Carlos Vermut.