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Subsidios al transporte: ¿federalismo o centralismo?
Hace aproximadamente cuatro años las empresas privadas de emergencias médicas decidieron contratar policías adicionales para custodiar a los trabajadores de la salud en horario nocturno. En aquella ocasión, algunas firmas denunciaron públicamente que en determinados lugares de la ciudad, a los que denominaron “puntos rojos”, las ambulancias eran blanco de asaltos a mano armada y que se les “cobraba peaje” a médicos y enfermeros para poder ingresar en ciertos barrios. Hoy el problema se extendió y pese a los recaudos tomados por las firmas, los directores de operaciones de Ecco y Urgencias aseguran que al menos una vez por semana un médico de visita –que no cuenta con vigilancia– es víctima de robo al entrar o salir de un domicilio.
“La inseguridad sigue igual. No hubo ninguna acción concreta para eliminar el problema, de hecho, es la empresa la que contrata a un móvil de la Policía cuando el lugar al que hay que ir es complejo o de difícil acceso”, explicó Carlos Didier, gerente de operaciones y director médico de Urgencias. Aunque aclaró que “la patrulla es destinada solamente a acompañar a las ambulancias, en especial si el lugar es complejo o de difícil acceso”.
El trabajo de los médicos que deben ir a los domicilios en automóvil en horario nocturno es mucho más riesgoso. De hecho, las empresas consultadas coincidieron en que sufren “al menos un robo o asalto a mano armada por día en la puerta de las viviendas”, ya sea cuando esperan para ingresar o bien si se retiran de la casa tras haber atendido la consulta.
Nadie se salva
Didier contó que, con el objetivo de darles más seguridad a los pacientes, unos diez minutos antes de que el profesional llegue a la vivienda de quien será asistido, desde la empresa le envían un mensaje de texto a su celular con el nombre y apellido del profesional. “Ese mecanismo lo utilizamos en el 90 por ciento de los casos, pero a veces no podemos evacuar el total de las visitas médicas que se nos solicita porque muchas veces son pedidos que hacen desde zonas riesgosas y nuestro personal no ingresa”, señaló. En este sentido, explicó que recién se efectúa la atención cuando se desocupa una ambulancia, que es la que cuenta con adicionales de policía contratados.
Ecco implementó también la contratación de dos policías adicionales que trabajan entre las 20 y las 6. Al respecto, Jorge Neil Chapman, director médico operativo de la empresa de emergencias, aseguró que “hay lugares en donde no se puede ingresar solo y es necesaria la presencia de custodios para resguardar a las personas y los bienes, pero fundamentalmente a las personas”.
Sobre la situación de los médicos encargados de realizar las visitas de consulta, que suelen ser víctimas de robos y ataques, Chapman consideró que “son rachas: a veces parece que la cosa se tranquiliza y en otras ocasiones se producen dos y hasta tres hechos por semana, pero si hacemos un promedio de casos se puede decir que son cuatro al mes seguro”.
Otra historia
El Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies) parece no padecer las mismas vicisitudes por las que atraviesan los médicos y el personal de las empresas de urgencias privadas. Así lo consideró el director del área, Federico Cornier, quien aseguró que “este año no hemos tenido ningún problema”.
También explicó que a determinadas “zonas periféricas” en las que puede haber algún tipo de riesgo para los trabajadores de la salud pública se solicita el acompañamiento policial y señaló, entre otros, a barrios como Villa Banana o Tablada.
“Depende de qué vayamos a ver, si es un accidente de tránsito en el que hubo heridos o si algún enfrentamiento en el que se registraron heridos de arma de fuego. Por lo general vamos solos, pero si cuando llegamos a un lugar y vemos que hay algún grado de violencia, llamamos a la Policía”, dijo.
No obstante, trabajadores que se desempeñan en centrales telefónicas de empresas de emergencias privadas sostuvieron que no siempre los efectivos policiales acuden “de inmediato” cuando son requeridos por algún problema en la vía pública. Incluso, aseguraron que “a veces nunca llegan”.
En otro aspecto, Cornier contó que “día a día trabajamos para tratar de establecer vínculos y así mejorar la calidad del trabajo y también la convivencia en las zonas que llamamos de riesgo”. Para ello, explicó que desde el Sies dialogan en forma permanente con referentes barriales que actúan como contactos entre la gente que acude a los respectivos centros de salud y así “muchas veces no es necesario pedir la asistencia policial ya que son los mismos referentes barriales quienes nos acompañan”.
Finalmente, Cornier recordó que las ambulancias no sólo atienden casos de emergencia en la vía pública, sino también casos de urgencia domiciliaria.
“El respeto hacia el médico se fue perdiendo”
Sandra Maioriana, secretaria gremial de la Asociación de Médicos de la República Argentina (Amra), contó que desde hace un mes el sindicato está en diálogo permanente con el Ministerio de Trabajo de la Nación para materializar el primer convenio colectivo de trabajo con las cámaras que agrupan a las empresas de emergencias médicas privadas del sur y norte de la provincia.
“Una de las principales preocupaciones que volcaron en las reuniones los referentes de las cámaras fue, justamente, los riesgos que corren los profesionales cuando están en la calle”, señaló la gremialista.
En esas ocasiones, no solamente los maleantes se quedan con sus pertenencias personales sino también con el maletín en donde tienen medicamentos y elementos para prácticas, como estetoscopio, tensiómetro o equipos para medir la cantidad de azúcar en sangre o la capacidad de aire de los pulmones; este último, un aparato pequeño pero muy costoso. “A veces son cosas que no les sirve nada más que a los médicos, por lo que es difícil que se puedan vender en el mercado negro”, consideró.
Finalmente, Maiorana también dijo que “con el paso de los años se fue perdiendo el respeto que había por parte de la sociedad en general hacia los médicos”, y remarcó que “no es novedad que algunos asisten a los centros de salud armados para que atiendan a sus hijos”.