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Subsidios al transporte: ¿federalismo o centralismo?
El gobierno nacional firmó y publicó en el Boletín Oficial el cronograma de extensión del Sistema Único de Boleto Electrónico (Sube), que prevé replicar en 22 capitales de provincia y en tres ciudades con población mayor a 200 mil habitantes el uso de la tarjeta nacional para el abono del boleto del transporte urbano e interurbano de pasajeros. Entre las capitales figura Santa Fe y entre las ciudades está incluida Rosario, con lo que en los próximos 120 días corridos –así lo establece la resolución 296 del Ministerio del Interior y Transporte– los sistemas de ambas deberán estar totalmente compatibilizados con la arquitectura que se está aplicando gradualmente desde 2009 en Capital Federal y Gran Buenos Aires, en la llamada Amba, para ómnibus, trenes y el subterráneo.
La resolución 296, rubricada el pasado miércoles 11, establece un cronograma de 90 días corridos para la implementación de la tarjeta Sube en las capitales Formosa, San Juan, Ushuaia, Mendoza, Neuquén y Río Gallegos, y en las ciudades bonaerenses de Mar del Plata y Bahía Blanca. Es la llamada “Etapa 1” del “Cronograma de instalación Nº2” del sistema, que ya se aplica en La Plata y además, a través de otra resolución publicada el pasado jueves 12, también se extendió al “transporte fluvial de pasajeros con tarifa regulada” –utiliza combustible subsidiado– que circula por el Delta del Paraná, por la Mesopotamia y hacia puertos de Uruguay.
En tanto, en la Etapa 2 del Cronograma, que extiende el plazo un mes más –120 días– figuran en este orden las capitales San Fernando del Valle de Catamarca, Rawson, San Salvador de Jujuy, La Rioja, Viedma, San Luis, Resistencia, Paraná, San Miguel de Tucumán, Córdoba, Corrientes, Santiago del Estero, Posadas, Santa Rosa y Salta. A esa última lista se sumán Santa Fe y Rosario.
En ese marco, aunque no están del todo determinadas las implicancias para los usuarios locales, todo parece apuntar no a un cambio del plástico vigente –como es el caso de la tarjeta sin contacto (TSC) local– sino a una compatibilización entre sistemas que se realizará a nivel técnico.
Así lo barajó, al menos, el concejal Osvaldo Miatello, vicepresidente del Ente de la Movilidad Rosario y autor de la modificación de la ordenanza que implementó la TSC para avanzar en su “personalización”, es decir que cada tarjeta estuviera asociada al nombre y apellido y al DNI de un usuario único. El cambio fue aprobado por el Concejo Municipal el 21 de junio de 2012, y ya entonces tomaba en sus considerandos la extensión “a todo el país” de la Sube.
“Ambos sistemas son perfectamente compatibles”, marca ahora el edil. Y así lo considera también el artículo 7 del “Acta acuerdo para la implementación del Sistema Único de Boleto Electrónico”, una resolución marco puesta en vigencia en diciembre del año pasado, que establece que la Secretaría de Transporte y la sociedad anónima Nación Servicios –administradora del sistema y miembro del Banco Nación– y la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) “tendrán a su cargo la elaboración de un diagnóstico de los sistemas de pago electrónico de tarifas para los servicios urbanos y suburbanos de transporte público automotor de pasajeros bajo jurisdicción provincial o municipal, relevando las capacidades de los mismos a los fines de homogeneizar su funcionamiento”, con el de la tarjeta Sube.
Así las cosas, aunque por ahora lo único claro es la puesta en marcha del cronograma, todo indicaría que para el pasajero rosarino no habría cambios en el plano local, pero sí fuera de Rosario: cualquier usuario podría llevar su tarjeta sin contacto con el saldo cargado y abonar los pasajes en cualquier medio de transporte de pasajeros con Sube en Buenos Aires, Mar del Plata o Ushuaia.
Empero, advirtió Miatello, hay una negociación pendiente y es por un cargo no menor: mientras la administración de la tarjeta Sube corre por cuenta del Banco Nación, la de la TSC está en manos del Banco Municipal.
Y otra de las dudas que ayer subsistían es si seguirán otros modelos vigentes.
Por caso, Rosario Bus implementó su “Tarjetita”, un sistema propio para sus servicios interurbanos; y otro tanto hizo la propietaria de las líneas Las Rosas y Monticas para los suyos. La modalidad, que ya parecía asomar como una profusión de plásticos, sería cortada de plano con la implementación de la Sube.