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Subsidios al transporte: ¿federalismo o centralismo?
En la década que el kirchnerismo lleva en el poder, los mensajes de Carta Abierta fueron muchas veces premonitorios sobre el rumbo que el Gobierno habría de tomar. Por eso, sus propuestas nunca pasan desapercibidas. Una nueva Constitución, una reforma tributaria y cambios en la Ley de Entidades Financieras fueron apenas algunos de los pedidos del último mensaje de la agrupación intelectual, titulado "Buitres de la economía y halcones de la guerra".
En su habitual estilo enrevesado, los pensadores kirchneristas pidieron cambiar la carta magna no para permitir una re-reelección de Cristina Kirchner, sino para consolidar los cambios de los últimos años. "Aun son muchas las tareas pendientes, las que se podrán concretar solo a condición de la continuidad de este Proyecto Político, que no es incompatible con esta Constitución, ni las Constituciones incompatibles con la capacidad de cada época de rediscutirlas, no para eternizar ninguna figura, sino para ligar temas centrales de la vida social con arquitecturas legales modernas", señalaron en el apartado 13 de la Carta Abierta Nº17.
Consideraron además que "el desemboque deberá ser una alternativa que convoque a votar por lo que ha sido el signo para las transformaciones reclamadas por la voluntad popular, sin concesiones a los grupos de poder concentrado que bregan por 'compartir', limitar y condicionar las decisiones del poder soberano".
Pero esa no fue la única propuesta de la agrupación. Sus integrantes advirtieron que es necesario "afirmar y radicalizar formas de intervención pública para poner límite a los procesos de concentración económica y defender conquistas distributivas".
A modo de ejemplo, destacaron la nueva Ley de Abastecimiento y sugirieron otras modificaciones para " defender una cuestión clave para la autonomía económica: el dominio y defensa de las reservas de divisas". "Otras reformas resultan necesarias para garantizar la hegemonía del poder ciudadano en la economía, como el cambio de la Ley de Entidades Financieras, para tomar el control de una esfera que en los últimos años ha sido un ámbito de permanentes medidas especulativas para la desestabilización cambiaria, y la siempre pendiente reforma tributaria que construya un régimen con vocación redistributiva", explicaron.
Aunque el mensaje estuvo dirigido sobre todo a la cuestión de los holdouts, Carta Abierta también se hizo un lugar para cuestionar algunos aspectos del gobierno de Cristina Kirchner. A diferencia de Jorge Capitanich, los intelectuales reconocieron que las fuertes subas de precios son un problema, pero aclararon que hay solo dos maneras de afrontarlo. "Controlar la inflación, que no es una plaga sino una cuestión social, tiene dos caminos: el elegido de democratizar la economía o el ajuste neoliberal que sacraliza al mercado, deja los precios y las tasas de ganancias a la 'libertad' del gran empresariado y promueve un 'retiro' del Estado predicando la baja del gasto público", señalaron.
"Pero la coyuntura exige aún más: establecer un dispositivo de una más intensa y decisiva participación estatal en todas las esferas del Comercio Exterior", reclamaron a continuación.
Quien también fue blanco de las críticas fue el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, por sus últimos dichos acerca de la relación entre la inmigración y el delito. Aunque no es nombrado con nombre y apellido, la alusión es clara: "Si en los funcionarios del gobierno de la ciudad de Buenos Aires y de otros territorios del interior donde no se democratizaron las fuerzas policiales durante 30 años, estas conductas no dejan de ser previsibles, son inaceptables en las voces que representan al gobierno nacional. Son inaceptables porque no podemos ignorar que el discurso de esas derechas capta adeptos cuando estigmatiza a los jóvenes por su sola condición de tales, propicia la indispensabilidad de vigilar y castigar hasta a niños en edad escolar y se vale del poder mediático para condenar a las víctimas de delitos sexuales por su condición de mujer, bella o adolescente".
También quedaron en la mira los dirigentes de la CGT kirchnerista por los términos que utilizaron para cuestionar a los sindicalistas de base de la izquierda trotskista en sus gremios que suelen cortar la autopista Panamericana. "En las amplias alianzas sociales y nacionales que esto implica, será necesario entonces que la interpretación del conflicto social como los que habitualmente ocurren al costado de la ruta Panamericana –flujo vital, económico, poblacional, simbólico, técnico, laboral– no se presten a los habituales considerandos de un macartismo fuera de tono, de historia y de lugar, proferidos por aquellos dirigentes sindicales cuya representatividad política está perimida hace algunas décadas", indicaron.
Por último, los intelectuales cerraron la Carta Abierta Nº17 con un inquietante mensaje que vaticina más conflictos para lo que queda del gobierno de Cristina Kirchner: "Habrá que enfrentar provocaciones de todo tipo, presiones devaluatorias e intentos de saquear el bolsillo popular con carestías y desabastecimientos".