Del total de la deuda pública al cierre de diciembre de 2013, excluida la no ingresada a los canjes de 2005 y 2010, poco más de 134 mil millones de dólares corresponden a títulos, 43 mil millones a préstamos y casi 20 mil millones a obligaciones de corto plazo (principalmente por adelantos transitorios del Banco Central, y en menos medida Letras del Tesoro y pagarés del Tesoro). Además, se agregan casi 6.000 millones de dólares de "atrasos", principalmente con el Club de París.

Cabe destacar que en el primer semestre de 2014 se agregaron compromisos por un piso de 9.400 millones de dólares, como consecuencia del acuerdo de pago de u$s5.700 millones de dólares a Repsol por la expropiación de las acciones que tenía de YPF y el acuerdo para salir del default con el Club de París que se pactó en 9.700 millones de dólares.

Antes de asumir esos compromisos, la Secretaría de Finanzas a cargo de Emmanuel Álvarez Agis estimó que la deuda pública ascendió al cierre de 2013 al equivalente a 39,5 por ciento del PBI, la relación más alta desde 2009 cuando fue de 39,2 por ciento.

Incluso, el grado de endeudamiento se amplió en términos netos exclusivamente con el sector privado de 10,2 a 10,8 por ciento del PBI. Sólo se mantuvo una leve reducción de los compromisos en moneda extranjera, en términos netos con el ámbito privado, pero fue más que superado por la emisión de bonos y letras en pesos.

Por el contrario, el informe oficial indicó que en términos de la deuda bruta el nivel de endeudamiento en divisas ascendió a 61,9% de ese monto, el más alto desde diciembre de 2004 cuando representaba el 75,6 por ciento. El resto correspondía a obligaciones ajustables por la inflación y en moneda nacional.

También Finanzas estimó que la deuda en moneda extranjera pasó a representar más de 410% de las reservas en divisas del Banco Central y casi 131% de las exportaciones, marcando singulares aumentos relativos desde 2004, en el primer caso, y desde 2005 en el segundo.

La devaluación del peso en poco más de 33% en el último año, le permitió a la Secretaría de Hacienda licuar, en términos de moneda extranjera, el equivalente a 18 mil millones de dólares.