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Subsidios al transporte: ¿federalismo o centralismo?
La Corte Suprema de los Estados Unidos rechazó la apelación de la Argentina a los fallos precedentes que exigen al país el pago en efectivo y sin quita alguna de 1.330 millones de dólares más intereses a los denominados fondos buitre. Según dijo el máximo tribunal estadounidense en un comunicado en el que no expresó otros comentarios, tomó esa decisión sin la participación de una de sus nueve miembros: la jueza Sonia Sotomayor, la única de origen latino.
Los abogados patrocinantes de la Argentina habían apelado un fallo previo que benefició al fondo NML Capital LTD, gestionado por el estadounidense Paul Singer. Pero la Corte ahora denegó el “certiorari”, un recurso extraordinario mediante el cual un tribunal de jerarquía superior puede revisar a su discreción una decisión de un tribunal inferior.
Esa decisión ratifica entonces una condena adoptada por un tribunal federal de Nueva York, a cargo de Thomas Griesa, en favor de los fondos especulativos NML Capital y Aurelius, que se negaron a sumarse a las reestructuraciones de 2005 y 2010. La Argentina deberá esperar ahora que Griesa abra una posibilidad de negociación con los fondos especulativos, quienes reclaman el pago de 1.330 millones de dólares en efectivo y sin quita más intereses, lo que elevaría el monto a 1.470 millones de dólares.
En el trámite, el Gobierno de Cristina Kirchner argumentó que una decisión favorable a los fondos especulativos introduciría un precedente capaz de afectar de forma negativa cualquier futura operación de restructuración de deuda soberana en default a nivel mundial. Numerosos observadores habían alertado que que en caso de un fallo favorable a los fondos especulativos, en situaciones similares será muy difícil que inversionistas acepten negociar la restructuración de sus deudas, ya que tendrán la vía de los tribunales estadounidenses. Los gobiernos de Brasil y México llegaron a presentar documentos ante la Suprema Corte alertando que un rechazo a la apelación argentina constituía “un riesgo serio e inminente” de un default técnico argentino.
Los jueces de la Corte Suprema tenían también la posibilidad de reenviar el caso al tribunal de Nueva York que emitió la sentencia original, aceptar la apelación argentina o aún solicitar la opinión del gobierno estadounidense, pero se decidió por negarla. Argentina reorganizó en dos canjes, en 2005 y 2010, el 93 por ciento de su deuda en cesación de pagos desde 2001, con grandes pérdidas de hasta 67 por ciento del capital para los tenedores de los títulos.