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Subsidios al transporte: ¿federalismo o centralismo?
La Cámara de Diputados de Santa Fe otorgó media sanción al proyecto de ley presentado por la diputada Sonia Martorano, que actualiza la legislación provincial sobre el control del tabaquismo e incorpora por primera vez el uso del vapeo y los cigarrillos electrónicos dentro de las políticas públicas de salud.
La iniciativa amplía la ley antitabaco provincial e incorpora la prevención y control del uso de cigarrillos electrónicos y productos de tabaco calentado, con especial foco en adolescentes y espacios cerrados.
La propuesta modifica la Ley Nº 12.432, que desde 2005 regula la prevención del hábito de fumar, y la adapta a las nuevas formas de consumo que preocupan por su rápida expansión, sobre todo entre adolescentes y jóvenes.
“El cigarrillo electrónico no es inocuo. Contiene sustancias que generan adicción y daño pulmonar. Por eso necesitamos una ley que proteja a las nuevas generaciones”, señaló Martorano.
Entre los principales puntos del proyecto se encuentran:
Prohibir el uso de dispositivos de vapeo en espacios cerrados de acceso público. Impedir la venta a menores de 18 años de cigarrillos electrónicos o productos de tabaco calentado. Ampliar la prohibición de publicidad, promoción y patrocinio de marcas vinculadas al tabaco o vapeo. Obligar a los Ministerios de Salud y Educación a implementar campañas de prevención, talleres en escuelas, materiales educativos y una línea gratuita de asesoramiento. Reconocer la adicción al vapeo y al tabaco como enfermedad que debe ser diagnosticada y tratada en todos los sistemas de salud.
“El proyecto tiene un enfoque integral: educa, previene y protege. No se trata solo de prohibir, sino de cuidar la salud y acompañar a quienes necesitan dejar el hábito”, afirmó la diputada.
La iniciativa actualiza la mirada sanitaria frente a una práctica que, aunque presentada como alternativa “menos dañina”, genera dependencia y efectos respiratorios severos.
Con esta media sanción, Santa Fe da un paso clave hacia una regulación moderna, alineada con los estándares de la OMS y las políticas nacionales de control del tabaco.
“La salud pública tiene que adelantarse a los problemas. Este proyecto busca eso: prevenir antes que lamentar”, concluyó Martorano.