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Subsidios al transporte: ¿federalismo o centralismo?
El expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter falleció este domingo en su casa de Plains a los 100 años de edad. Lo confirmó su hijo a los medios de comunicación estadounidenses. Estuvo al frente de la Casa Blanca por el Partido Demócrata entre 1977 y 1981.
Carter se encontraba en su hogar en cuidados paliativos desde el 18 de febrero del 2023 por un agresivo cáncer de piel tipo melanoma, con tumores que se habían extendido al hígado y al cerebro.
La presidencia de Jimmy Carter, la 39º de Estados Unidos, se vivió como una pausa en medio de una ola conservadora. Su victoria sobre el republicano Gerald Ford se produjo en un contexto delicado: las presiones de la Guerra Fría, las turbulencias del mercado petrolero y la agitación social en torno a los derechos humanos.
Su hijo Chip Carter, le dedicó unas sentidas palabras y lo denominó como “un héroe”, no sólo para él, sino "para todos los que creen en la paz, los derechos humanos y el amor desinteresado".
Además, expresó: "El mundo es nuestra familia por la forma en que unió a las personas, y les agradecemos por honrar su memoria al continuar viviendo estas creencias compartidas”.
Por su parte, el futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que los estadounidenses tienen una "deuda de gratitud" con Carter, mientras que el expresidente Bill Clinton aseguró que "vivió para servir a los demás".
Uno de los íconos de la ciudad de Nueva York, el Empire State Building se iluminará de rojo, blanco y azul, los colores de la bandera estadounidense, para honrar "la vida y el legado" del expresidente Jimmy Carter, según anunciaron en un comunicado en las redes sociales.
Como presidente de los Estados Unidos entre 1977 y 1981, Carter firmó la retirada de las tropas estadounidenses del Canal de Panamá en 1978, rubricó con la URSS un histórico tratado, SALT II, de reducción de armas nucleares y en 1979 logró un histórico acuerdo entre Egipto e Israel, que firmaron en Camp David Anwar El Sadat y Menahen Begin.
Carter impulsó estas negociaciones, que inicialmente fueron pensadas como un amplio plan de paz para Oriente Medio. Duraron cerca de 14 meses y concluyeron tras 12 días de reuniones secretas entre los tres líderes en la residencia de fin de semana en Maryland y la firma final en la Casa Blanca. Carter se pronunció luego en contra de los asentamientos de colonos israelíes en los territorios palestinos, lo que le valió fuertes críticas de la comunidad judía local.
En otro de los puntos salientes de su administración, Carter se plantó de cara a las sangrientas dictaduras de América Latina que sus antecesores, Nixon y Ford, habían impulsado y financiado. En 1977 se entrevistó en Washington con el dictador Jorge Videla y le urgió terminar con la masacre en la Argentina.
El demócrata fue uno de los primeros presidentes en promover medidas para cuidar el medioambiente e instaló paneles solares en el techo de la Casa Blanca que fueron desmantelados por su sucesor. También firmó la Ley de Ética en el Gobierno, que impuso reglas de divulgación financiera y restricciones al lobby.
Sin embargo, los logros de Carter fueron empañados por el estado de la economía doméstica. A pesar de que los dos primeros años de su gobierno mantuvo la tasa de crecimiento en 5%, disminuyó la de desempleo y aumentó 5% el ingreso per cápita de los estadounidenses, la crisis petrolera y energética mundial de 1979 desmadró la inflación y mantuvo altas las tasas de interés.
La confianza en el gobierno se redujo y se agudizó cuando hubo una brusca escasez de combustible y los estadounidenses soportaron inéditas filas en las estaciones de servicio. Paralizado, Carter tampoco fue capaz de hacer avanzar su agenda legislativa en un Congreso controlado por demócratas. Su popularidad estaba en el piso.
El comienzo del fin de su gobierno fue la toma de la embajada de EE.UU. en Teherán en 1979 y el secuestro de 52 personas en su interior por 444 días. El presidente era criticado por su supuesta debilidad ya que se negó a bombardear Teherán y porque un intento del ejército estadounidense por liberar a los rehenes, en abril de 1980, terminó en un desastre.
Era un año electoral y el golpe fue fatal. Carter perdió las elecciones de noviembre en forma arrasadora frente a Reagan, que asumió el 20 de enero de 1981 y ese mismo día los rehenes fueron liberados en Teherán.