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Subsidios al transporte: ¿federalismo o centralismo?
Mientras los funcionarios de Salud a nivel nacional, provincial y municipal salieron a hablar en las últimas horas de la importancia de descacharrar aun en invierno para evitar un brote cercano de dengue, ahora, otra virosis producida por insectos empieza a preocupar a los especialistas. Se trata de la fiebre de Oropouche, causada por mosquitos y jejenes, y de la que se detectaron los últimos casos en Argentina en 2005. Desde mayo de este año, salud pública municipal está haciendo una vigilancia activa de posibles casos ya que la enfermedad se exacerbó en distintos países de Latinoamérica, entre ellos, Brasil.
Hace tres meses el Ministerio de Salud de la Nación emitió un documento con recomendaciones para que en las áreas sanitarias de las provincias argentinas, y ciudades de todo el país, conozcan más sobre la fiebre de Oropouche y adviertan a los equipos de salud sobre las características y síntomas de esta virosis causada por la picadura de jején Culicoides paraensis y otros mosquitos, que se han encontrado en Estados Unidos, América Central y Caribe y que han llegado hasta Argentina y Uruguay.
Rosario se hizo eco de esas indicaciones y por eso se instruyó a los médicos de la red pública sobre este tema.
El doctor Antonio Montero, investigador del Consejo de Investigaciones de la UNR, director del Centro de Medicina Tropical y Enfermedades Infecciosas Emergentes de la facultad de Ciencias Médicas de dicha universidad dijo que como toda posible infección transmitida por insectos es un tema "preocupante" que no hay que "banalizar" porque además "no se conocen los verdaderos efectos sobre la población infantil y las embarazadas".
Los síntomas son parecidos a los del dengue: fiebre alta, dolor de cabeza, manchas rojas en la piel, sangrado nasal o de las encías y vómitos, entre los más frecuentes. No hay tratamiento específico para tratar este tipo de virosis.
¿Qué se sabe de esta enfermedad? Montero, que está justamente escribiendo un capítulo de su último libro sobre Oropouche y Mayaró (otra arbovirosis) señaló que "son virosis sudamericanas que se detectaron en la década del 50 en Trinidad y Tobago y a partir de ahí se extendieron por Venezuela, Perú, por toda la selva amazónica, Colombia, Brasil y la región limítrofe con Argentina. Ambas enfermedades se transmiten por mosquitos".
El médico agregó: "Causan un síndrome febril con bastante quebrantamiento que cuesta diferenciar de las formas leves del dengue y de otras fiebres de la Selva".
En Rosario, si se sospecha que alguien puede tener esta dolencia (luego de descartarse otras más frecuentes) las muestras deben enviarse por el momento al Instituto Malbrán.
Los últimos casos registrados en el país son de 2005, y eran personas que vivían en Jujuy. Y aunque en este último tiempo se analizaron muestras de pacientes con síntomas compatibles, que daban negativo de dengue y otras infecciones similares, no se volvió a diagnosticar.
Montero explicó que aunque se señala mucho a un jején como el responsable del contagio de Oropouche "puede transmitirlo cualquier mosquito, algunos que están en nuestro país y otros que no".
El especialista destacó que el riesgo de que se extiendan en la Argentina enfermedades (zoonosis) como estas "es serio" porque "pueden introducirse con casos foráneos y luego volverse endémicas", como ya sucedió con el dengue.
"Al diagnóstico hay que sospecharlo", destacó el experto, y mencionó que "existen pruebas de laboratorio específicas para confirmar o descartar Oropouche"
Tiene una mortalidad baja, "lo que es un alivio", sin embargo "como son virosis no tan estudiadas (a lo sumo por algunos científicos de Brasil y Argentina) realmente se desconoce el impacto sobre niños y embarazadas", y esta situación, "es la que hace que se tornen preocupantes" ya que existen otros virus como el Zika que tienen efectos muy negativos e importantes sobre embriones y fetos, y pueden producir malformaciones.
Montero dijo que si bien hay que estar atentos a la posible introducción de esta y otras enfermedades producidas por vectores"lo que más debería estar preocupándonos en este momento es la fiebre amarilla".
El médico detalló que "en Argentina hubo hasta hace muy poco una gran epidemia de dengue, de la que nos salvó el frío, y no hay que olvidar que a la fiebre amarilla la transmite el mismo mosquito y ya está presente en la zona selvática de la frontera con Misiones, con lo cual no sería raro que tengamos un brote de esta enfermedad que sí es muy severa porque tiene un 50% de mortalidad".