El recorte del Estado nacional al financiamiento de la obra pública que adelantóel electo presidente Javier Milei generó inquietud y múltiples análisis de intendentes y gobernadores. En Rosario ese anuncio se tomó con cautela, sin embargo las autoridades locales alertaron sobre la histórica discrecionalidad del reparto de fondos desde la Casa Rosada en beneficio de otras jurisdicciones. Más aún, la Intendencia trazó un diagnóstico que demuestra la inequidad establecida por el actual gobierno de Alberto Fernández: de las 190 obras en ejecución en Santa Fe, sólo el 14 por ciento se realizan en el departamento Rosario, donde vive el 40 por ciento de la población total de la provincia que, además, sufre necesidades estructurales y sociales permanentes.

“Hay algunas obras en Rosario que tienen componentes de fondos nacionales, pero son insignificantes para lo que necesita una ciudad con más de 1 millón 200 mil de habitantes. Eso demuestra la discrecionalidad, al menos en estos cuatro años, en el reparto respecto incluso de otras ciudades de Santa Fe donde se hicieron obras de infraestructura más grandes”, alertó Sebastián Chale, secretario de Desarrollo Económico municipal con relación a un aspecto vital en la administración de cualquier distrito.

Así, puso como ejemplo la cascada del Saladillo. “Hay obras de cloacas en el barrio 7 de Septiembre o el arreglo del Monumento a la Bandera, más algunas rutas de localidades vecinas, pero no impactan directamente en la vida de los rosarinos. Existen iniciativas del Proyecto de Integración Socio Urbana para los barrios populares inscriptos en el Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap), pero fueron más promesas que la llegada de dinero”, expuso Chale sin medias tintas.

Según el funcionario, Rosario no fue beneficiada justamente por obras de envergadura. “En comparación se hicieron más en Granadero Baigorria o Cañada de Gómez que en Rosario, y allí se nota la discrecionalidad política. Saludamos que se hagan los accesos a rutas en el distrito, pero no inciden directamente en la ciudad”.

Otro ejemplo que demuestra esa inequidad es la autorización y financiamiento para los dos accesos a Funes por autopista Rosario-Córdoba. “Era también muy necesario el intercambiador a la altura de Wilde, pero nunca se avanzó. Para algunas obras menores tenemos mecanismos de aportes de vecinos, pero en otras no se les puede trasladar el costo, son acciones muy grandes, como las cloacas o la estación elevadora en el barrio 7 de Septiembre”, detalló.

En perspectiva, Chale reconoció que los planteos “no son nada nuevos. Ya mencionó esta semana el electo gobernador (Maximiliano) Pullaro, que también ocurre a nivel provincial. Siempre mostramos buena voluntad, pero está claro que a Rosario la discriminaron con el reparto de fondos para obras pública, y eso demuestra la discrecionalidad política que imperó en estos últimos cuatro años”.

En ese sentido, y tras el análisis de datos abiertos del Ministerio de Obras Públicas de la Nación, puso blanco sobre negro. “En ejecución con financiamiento nacional hay 190 obras en toda la provincia. De ellas, sólo el 14 por ciento se hacen en el departamento Rosario, que reúne el 40 por ciento de la población de Santa Fe”, cotejó.

Y si bien es conocida y criticada la concentración de flujos del Estado nacional hacia el conurbano bonaerense, Chale advirtió que “hacia el interior de Santa Fe también hay discriminación. Eso no puede ocurrir, se debe ser equitativo, teniendo en cuenta las prioridades, las complejidades y necesidades de cada distrito”.

Chale, casi con seguridad próximo secretario de Gobierno de la Intendencia, dijo que “las demandas son infinitas y los recursos se agotan. Pero acá sólo se tuvieron criterios de afinidad política a la hora de priorizar las obras. Eso genera situaciones muy injustas”.

El funcionario valoró que, más allá de que “se seguirá reclamando lo que le corresponde a la ciudad, no nos quedamos quietos. Así que como lo hicimos con la urbanización de Villa Banana o con la Villa Corrientes, por citar algunos casos, tenemos mecanismos propios, y salimos a buscar créditos al mercado de capitales para financiar las obras que son elementales para los rosarinos”.

Fuente: La Capital