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Subsidios al transporte: ¿federalismo o centralismo?
El robo de piezas de bronce en los edificios del Casco Histórico no es nuevo, pero el delito se incrementó en el último tiempo y cada vez son más los responsables de instituciones, dueños de comercios y galerías y administraciones de edificios que eligen retirar las piezas que aún no fueron sustraídas para evitar más hurtos. Piden a las autoridades que se ponga la lupa sobre "la cadena de valor" de este metal y averigüe quiénes son los compradores.
Este domingo trascendió que debieron ser retiradas las piezas de bronce que estaban en las puertas de la sala del teatro El Círculo para evitar que se las siguieran robando, ya que en los últimos días habían desaparecido dos. En su reemplazo, se analiza colocar algunas de madera. Las puertas de la imponente sala de Laprida y Mendoza ya no lucen herrajes de bronce y este no se trata ni del primer ni de último caso.
Fabio Acosta, presidente de la Asociación Casco Histórico de Rosario, precisó que han pedido una reunión con la Fiscalía de Estado para chequear el curso de las investigaciones vinculadas al robo de bronce en esta zona emblemática de la ciudad. "Más allá de los robos, tenemos que ver qué incentivos tienen los ladrones para hacerlo. El bronce ha desaparecido prácticamente de la vida pública. ¿Quiénes son los que están comprando? ¿Cuál es la cadena de valor, delictiva, de todo esto?", cuestionó.
Para el referente del Casco Histórico, "siempre hay un incentivo para robar". Confirmó que los robos de piezas de bronce aumentaron en el último tiempo y consideró que no se llega "al fondo de la cuestión, que es investigar quién está incentivando esta acción delictiva".
En ese sentido, Acosta argumentó: "Hay lugares donde se compran estas cosas. Vos ves en los barrios periféricos que hay carteles que anuncian que compran bronce, que compran baterías, todo eso incentiva la actividad delictiva. Hay que ver qué está haciendo la Justicia en ese sentido, porque es una vergüenza que tengamos que sacar ornamentos para que no te los roben".
Según precisó, en noviembre del año pasado se reunieron con varias autoridades del Ministerio de Seguridad. Acosta sostuvo que si bien fueron escuchados, no se profundizó sobre el tema. "Al cambiar los actores, tenés que empezar de cero permanentemente", señaló e hizo alusión al recambio constante que ha sufrido la cartera de seguridad en los últimos años. "Ya tuvimos cuatro ministros y once jefes policiales en Rosario. Es muy difícil articular políticas públicas a largo plazo. Hace falta decisión política. Si se ubica quién es el que está comprando todo esto, se termina todo el negocio porque no tienen a quién vendérselo", concluyó.
Además del caso de El Círculo, mencionó que, por ejemplo, el propietario de la Galería Cassini se guardó los pocos ornamentos de bronce que no habían llegado a robarse los ladrones. Pesaban más de 20 kilos y contempla la posibilidad de reemplazarlos por piezas de fibra de vidrio y pintarlas para simular su autenticidad. Aunque el precio de reventa no sea mucho, sí lo es el valor simbólico e histórico para el centro rosarino.
No sólo las instituciones y comercios se ven afectadas por el robo de metales. Son muchos los edificios y viviendas particulares que amanecen con frecuencia sin los porteros eléctricos o los picaportes de las puertas. Incluso, muchos comentan que en las ferreterías les recomiendan directamente optar por la fibra de vidrio que simula ser bronce, antes que volver a invertir y que las piezas sean robadas a corto plazo.
En mayo ingresó al Concejo Municipal un proyecto del concejal Ciro Seisas que propone crear un sistema de registro de ingreso de algunos materiales, cobre, bronce y aluminio, con el objetivo de prevenir la comercialización cuando su origen no está previamente determinado. La idea es la de garantizar que no provengan de robos o hurtos, teniendo en cuenta el gran interés que representan por su valor económico.
"Como todo mercado ilícito, este tipo de robos se da, porque alguien lo compra y luego lo comercializa", explicó Seisas, quien planteó la necesidad de una norma ante la falta de una legislación provincial y nacional sobre la problemática. "Tenemos que frenar este delito desde la génesis del problema. Por eso estamos pidiendo que cada comercio tenga un libro contable y forme parte de un registro que va fiscalizar la secretaría de control del municipio", analizó en su momento el edil oficialista.
El escrito expone que los negocios vinculados a la compra y venta de bienes muebles usados, de metales no ferrosos y de autopartes usadas de automóviles y motocicletas, muchas veces intermedian o comercian sin saberlo, con artículos obtenidos en forma ilegal. Por tal motivo, señala que es necesario "evaluar la introducción de cambios normativos para garantizar un control más estricto en el origen, trazabilidad y seguimiento de los bienes que conforman el inventario de los comercios del rubro".