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15:23:31 23/04/2014

Apresaron en un hospital municipal al acusado de asesinar a un gendarme retirado

Roberto Martín O. se transformó el lunes a la medianoche en el principal sospechoso de haber asesinado esa misma tarde al gendarme retirado Ubaldo Miranda, en el ingreso a un comercio de electrodomésticos donde la víctima cubría un servicio de vigilancia. El apresado, que tiene 36 años y prontuario abierto, ingresó una hora después del asesinato al hospital Roque Sáenz Peña. "Tenemos un detenido en ese centro asistencial con una herida de bala en el glúteo izquierdo. El otro delincuente que participó en el hecho se dio a la fuga. Ahora estamos investigando para establecer el vínculo del hombre herido con lo ocurrido", sostuvo ayer el fiscal Pablo Pintos, de la Unidad Especializada en Homicidios.

El lunes a las 17.20 Ubaldo Miranda, un suboficial mayor retirado de Gendarmería Nacional, realizaba la custodia del local de "Casa Marcelo", dedicado a la venta de electrodomésticos, en Biedma y Cafferata. Estaba vestido de civil y tenía en la cintura una pistola Bersa calibre 380. Según la pesquisa del fiscal Pintos, a la hora señalada llegaron dos hombres en motos. Las estacionaron sobre Cafferata y se encaminaron hacia el ingreso del negocio. Ahí comenzó el final de la historia para Miranda, quien fue asesinado con tres balazos mientras también resultó herida de bala en un tobillo la concubina del dueño del local.

Para la Fiscalía se trató de una tentativa de robo seguida de homicidio. "Por el momento, de acuerdo a la información que manejo, todo indicaría que se trató de un intento de robo. No tengo ningún indicio concreto en caso contrario", dijo el fiscal. Para la acusación, los ladrones intentaron robar el local y la acción de Miranda se lo impidió, muriendo en el intento. Las alternativas que analiza ahora el fiscal son: si el delincuente que baleó al gendarme lo hizo para asegurarse el robo (criminis causa) o si lo hizo para repeler un intercambio de disparos en el atraco. Al respecto Pintos fue cauto. "Hay cosas que no puedo comentar hasta que no se realice la audiencia imputativa", advirtió tratando de no mostrar su estrategia. Esa audiencia podría realizarse hoy si la salud del detenido lo permite.

La otra mirada. Sin embargo, al menos tres testigos pusieron en duda la teoría de la acusación e indicaron que la persona que mató a Miranda fue directamente a atacarlo sin pretender ingresar a robar. "Yo estaba justo mirando hacia la puerta del negocio. Eran las 17.20. Un tipo vestido con un equipo deportivo de microfibra de color oscuro llegó en moto y la estacionó sobre el cordón, frente al local. Llevaba puesta una gorrita negra. Se bajó, rodeó unas bicicletas que estaban en exhibición en la vereda, al lado de la columna, y casi de inmediato vi cómo le disparaba al custodio. El hombre cayó hacia atrás y cuando estaba en el piso le volvió a disparar en el pecho. Luego salió rengueando, tomó la moto y se fue", explicó una testigo privilegiada del crimen. "Si había otra moto con otro ladrón no lo sé porque cuando vi cómo mataban al custodio me quedé helada", contó la vecina que estaba a unos 10 metros de lo ocurrido. Ese testimonio fue refrendado por otras dos mujeres, una de ellas por boca de su hijo, empleado del negocio.

"Estamos muy apenados por lo que le pasó al hombre, pero en este robo hay algo que a mi no me cierra", dijo una de esas vecinas. "¿Quién va a venir a robar una casa de electrodomésticos media hora después de abrir? ¿Cuánta plata podía haber en la caja?", se preguntó.

Según trascendió, al menos tres empleados indicaron que los ladrones ingresaron al comercio, uno de ellos llevando un casco blanco en su cabeza, y que la rápida intervención del gendarme retirado, quien forcejeó con uno de los delincuentes, frustró el robo. Sobre esos dichos y las filmaciones de las cámaras de videovigilancia del local se apoya la acusación para inferir una tentativa de robo seguida de homicidio. También existe una cámara de videovigilancia sobre la vereda de calle Biedma que sólo alcanzó a captar el momento en el que la persona que mató a Miranda llega a la escena.

Comprobable. Lo concreto es que los ladrones no se llevaron nada; que Miranda recibió impactos en la cara anterior del hombro izquierdo, el tórax, el dorso de la mano izquierda y la región lumbar derecha; que un balazo hirió en la pierna a la concubina del dueño; y que el atacante del custodio también resultó herido. En ese sentido, oficialmente sólo se reportaron vainas servidas del arma de Miranda. Los atacantes huyeron en sus motos, una Yamaha Cripton negra y una Yamaha YBR roja.

Cinco minutos después de las 18, a la guardia del hospital Roque Sáenz Peña ingresó Roberto Martín O., de 36 años y con un balazo en el glúteo izquierdo. Dijo ser remisero irregular y haber sido víctima de un robo en Salvá al 6000, en inmediaciones de un búnker de venta de drogas. Pero en el transcurso de la tarde dos de sus familiares contradijeron esa versión. Esas discrepancias, sumadas a que su fisonomía y la vestimenta que llevaba al momento de entrar al hospital eran similares a lo descripto por testigos y las filmaciones en la escena del hecho, favorecieron su detención.

Tras ello, el fiscal solicitó dos órdenes de allanamientos. Una para la casa de Roberto O. y otra para el domicilio de su padre. Allí se secuestró un casco color blanco, similar al descripto por los empleados de Casa Marcelo. El arma utilizada para matar a Miranda no fue hallada.

El dolor llegó hasta Misiones

“Primo, que lejos te fuiste a quedar. Concepción de la Sierra, Misiones, está de duelo. Hasta siempre centinela de la patria. Que Dios te tenga en su santa gloria. Amen”, escribió ayer Teresa, una prima de Ubaldo Miranda. El hombre había nacido en aquella localidad y siendo cabo de Gendarmería llegó a la ciudad. Aquí hizo carrera y durante varios años fue titular del Destacamento Móvil 2, en Rueda y San Martín. Se jubiló en 2008 y regularmente trabajaba como custodio en un supermercado de Cafferata y Amenábar, aunque cubría los descansos de un compañero en Casa Marcelo.